Sin embargo, el Santo Padre advirtió que esto "no nos haga olvidar los problemas que hay por el COVID: tantas familias que no tienen trabajo, que lo han perdido y no tienen qué comer" por lo que animó que "nuestras pausas estivas estén acompañadas de la caridad a estas familias".
Al saludar a los peregrinos de diferentes países presentes en la Plaza San Pedro, el Papa se dirigió en particular a un grupo de religiosos brasileños presentes con banderas y dijo que estos religiosos siguen "la primera semana nacional de la vida consagrada, que se celebra en Brasil" por lo que les deseó "una buena semana de la vida consagrada" y les dijo: "¡Adelante!"
Finalmente, a todos deseó un feliz domingo, un buen almuerzo y pidió: "por favor, no se olviden de rezar por mí".