Como en otras ocasiones, el Papa Francisco almorzó con algunos refugiados, pobres y encarcelados, esta vez en Bologna, en la Basílica de San Petronio, y justo antes del mismo ofreció algunas palabras.
"La Iglesia os quiere en el centro. No prepara un puesto cualquiera o distinto: al centro y juntos. La Iglesia es de todos, particularmente de los pobres. Somos todos los invitados, solo por gracia. Es un misterio de amor gratuito de Dios que nos quiere suyos, aquí, no por mérito sino por su amor".
"Jesús no descarta a ninguno, no desprecia. Él tiene sed y nos pide darle de beber porque camina con nosotros y sufre con nosotros", añadió.