El 17 de mayo de 2016, Peña Nieto anunció una serie de medidas a favor de la agenda gay, entre ellas incluir el mal llamado "matrimonio" gay en la Constitución y en el Código Civil Federal.
La propuesta del presidente mexicano encontró el mayoritario rechazo de la población, que se manifestó en multitudinarias marchas en diversas partes de México en septiembre de ese año. Ante esto, los parlamentarios mexicanos, incluidos los de su propio grupo político –el Partido Revolucionario Institucional– dieron la espalda a la iniciativa de legalizar en todo el país el matrimonio gay.
Sin embargo, dijo el presidente de ConParticipación, "desde entonces, ya era una instrucción del presidente que en los contenidos del nuevo modelo educativo se introdujera la ideología de género", bajo la etiqueta de "diversidad sexual".
Padilla recordó que las marchas por la vida y la familia realizadas en 2016 "lograron detener una de las iniciativas legislativas, pero la sociedad lamentablemente no fue escuchada y esta instrucción del Ejecutivo de introducir la ideología de género en los contenidos se mantuvo".