El primer día de abril, la Iglesia Católica recuerda a San Hugo de Grenoble (Francia), conocido también como San Hugo de Châteauneuf, quien fuera primero canónigo de la ciudad de Valence, y después obispo de Grenoble por más de medio siglo, entre 1080 y 1132.
San Hugo fue un ferviente defensor de la reforma gregoriana, un hombre con una fuerte inclinación a la vida monástica, pero cuyo amor a la Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo, lo condujo al servicio pastoral, al que se dedicó con ahínco. Hugo de Châteauneuf fue canonizado en 1134 por el Papa Inocencio II.
Llamado a servir y no a ser servido