"Esta es la triste consecuencia de conflictos exasperados y de la guerra, que siempre es un mal y nunca es la solución a los problemas, sino que más bien crea otros", dijo.
Francisco aseguró luego que los refugiados "se encuentran a menudo carentes de los bienes primarios: vivienda digna, asistencia sanitaria, educación, trabajo", pero sobre todo tuvieron que abandonar "la libertad, la cercanía de los familiares, su entorno de vida y las tradiciones culturales".
Para el Papa, "las condiciones degradantes en las que muchos refugiados tienen que vivir son intolerables", por lo que llamó a "resolver los conflictos que ensangrientan sus tierras de origen, para contrarrestar las otras causas que obligan a la personas a abandonar su patria y promover las condiciones que les permitan quedarse o retornar".