Como es tradición cada año en la Solemnidad de San Pedro y San Pablo que se celebra el 29 de junio, el Papa Francisco bendijo los palios de los arzobispos metropolitanos que nombró durante el año pasado.
En esta ocasión, debido a su problema con la rodilla, el Santo Padre no entró a la Basílica con la procesión, sino que ingresó antes la primera parte en silla de ruedas, luego con bastón, y permaneció sentado a un costado del altar de la Cátedra.
El Papa bendijo los palios, presidió la Liturgia de la Palabra, pronunció la homilía y asistió al resto de la Misa que fue celebrada por el decano del Colegio Cardenalicio, el Cardenal Giovanni Battista Re.