Representantes de las religiones cristiana, judía e islámica firmaron este lunes 28 de octubre en el Vaticano una declaración conjunta en la que rechazan la eutanasia y el suicidio médicamente asistido y piden promover los cuidados paliativos y la asistencia espiritual a los enfermos terminales.
En el texto de la declaración se señala que "las cuestiones que afectan a la duración y al significado de la vida humana no deben ser dominio del personal sanitario, cuya responsabilidad consiste en ofrecer el mejor tratamiento y la máxima asistencia al enfermo".
"Nos oponemos a toda forma de eutanasia –que es un acto directo deliberado e intencional de quitar la vida– así como al suicidio médicamente asistido que es un directo, deliberado e intencional soporte al suicidio, en cuanto que son actos completamente contradictorios con el valor de la vida humana y, por ello, en consecuencia, son actos errados desde el punto de vista tanto moral como religioso y que deben ser prohibidos sin excepciones".