El Papa Francisco sorprendió este miércoles durante la Audiencia General en la Plaza de San Pedro al contar una anécdota que ocurrió hace tan solo unos días y que refleja muy bien la actitud que deben tener los cristianos respecto a las personas que necesitan ayuda.
"Hace algunos días sucedió una pequeña historia: había un refugiado que buscaba un camino y una señora se le acercó preguntándole qué era lo que buscaba", comenzó a contar Francisco.
"El refugiado no llevaba zapatos y él ha dicho que quería ir a San Pedro para atravesar la Puerta Santa. La señora llamó a un taxi porque lo veía sin zapatos. Pero el refugiado olía muy mal y el conductor del taxi no quería que llevarle, pero al final accedió a llevarle junto a la señora".