La procesión fue encabezada por el Arzobispo de Guayaquil, Mons. Luis Cabrera, y partió de la iglesia del Cristo del Consuelo, en el sur de la ciudad. Se trata de la expresión religiosa más grande del país.
En sus palabras a los fieles, el Prelado pidió "dejar de mirarnos como enemigos, dejar de mirarnos como rivales; somos hijos de Dios, somos hermanos, somos compañeros". "Basta ya de tanta violencia; que venga la reconciliación y que venga la paz. Dichosos los que lloran, porque Dios viene a consolarlos", expresó.
El primero de abril, presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, levantó la prohibición de portar armas de fuego que había sido impuesta a los civiles hace 12 años. "Ecuatorianos, tenemos un enemigo común: la delincuencia, el narcotráfico y el crimen organizado", fue el argumento del mandatario.