Arquidiócesis de Bogotá inaugura casa de paso para mujeres de escasos recursos

Arquidiócesis de Bogotá inaugura casa de paso para mujeres de escasos recursos
El Arzobispo de Bogotá, Mons. Luis José Rueda Aparicio, inaugura la Casa de la Esperanza. Crédito: Eduardo Berdejo (ACI)

A pocos días de la Navidad, el Arzobispo de Bogotá (Colombia), Mons. Luis José Rueda Aparicio, inauguró y bendijo la Casa de Esperanza, una iniciativa para acoger a mujeres que llegan de lugares alejados en busca de servicios de salud para ellas o sus familiares y no tienen dónde pasar la noche.

El Prelado bendijo las instalaciones el 22 de diciembre. La Casa de la Esperanza está a cargo de las Hermanas Pequeñas Apóstoles de la Redención, una congregación fundada en Italia en 1949.

La hermana Rosmira Zapata explicó que la finalidad de la casa "es acoger a las señoras que tienen a sus familiares enfermos y ellas no tienen la posibilidad de pagar un hotel, un albergue para pasar la noche", y vienen de pueblos lejanos.

El centro de acogida se ubica en el sector de Las Cruces, "una zona vulnerable con muchas necesidades", pero también con "una gran sed por conocer y saber más del Señor".

La creación de este hogar ha sido articulada por el Centro para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y tiene capacidad para 17 personas, que además de tener un lugar donde dormir, reciben alimentación.

Estas deben ser remitidas por las trabajadoras sociales o capellanes de los hospitales y, dependiendo de su situación económica, darían un aporte máximo de cinco mil pesos colombianos, que equivalen a menos de un dólar y medio.

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"Vienen mamás que no pueden dejar a sus niños en sus campos. Entonces vienen con todos los niños y se les da posibilidad a las mamás y a los niños que puedan pasar la noche", durante el tiempo que necesiten estar en Bogotá, explicó la religiosa.

Durante la inauguración, Mons. Rueda Aparicio afirmó que la Casa de la Esperanza es una alegría porque significa que "en Bogotá hay una casa para todos aquellos que de distintos lugares del país deben venir con sus enfermos", y pueden "encontrar un lugar de reposo" y una familia gracias a la presencia de las religiosas.

En ese sentido, agradeció a las Hermanas Pequeñas Apóstoles de la Redención "por aceptar esta misión".

"Que sea el Señor el que las premie, el que le dé a cada una de ustedes y a toda la congregación la corona de los servidores, de las servidoras fieles que han amado y que escucharán la voz del Señor: vengan, benditas de mi Padre, porque tuvieron la posibilidad de acogerme cuando más lo necesitaba", expresó.

Mons. Luis José Rueda afirmó que esta casa "es un proyecto de vida de la Iglesia arquidiocesana". "Qué duro es llegar de la provincia a la capital. Es muy duro y más si se llega con un enfermo, con una preocupación, con una angustia", señaló.

El Arzobispo recordó que al llegar a Belén, María y José no hallaron alojamiento y tuvieron que "ir a la periferia", donde "encontraron un lugar cálido para que naciera el Dios con nosotros".

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"Sin duda que el sector de las Cruces, y lo sabe muy bien su párroco, se está convirtiendo cada vez más, en nombre del Señor Jesús, en un lugar de acogida y de esperanza. Ahí debemos estar, donde nos necesitan; ahí debemos estar, donde hay una posibilidad de servir, donde hay una posibilidad de hacer el amor concreto", animó.

Luego de la ceremonia, el Arzobispo compartió una cena navideña con unas cien personas necesitadas.

"Me alegra mucho que la fe nos lleve a compartir la comida, los alimentos, el pan preparado con cariño, con amor. Es Navidad. En Navidad sentimos el gozo del Dios cercano, del Dios que nos ama, del Dios Niño", expresó.

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