El aumento de ejecuciones en Estados Unidos en 2025 se produjo junto con un “cambio en la opinión pública” contra la pena de muerte, lo que ofrece a los activistas contrarios a la pena capital un signo de esperanza de cara a 2026, incluso en medio de altos niveles de ejecuciones.
El Death Penalty Information Center, un grupo sin fines de lucro que rastrea y cataloga las ejecuciones en Estados Unidos, señaló en su informe de fin de año que 48 presos fueron ejecutados en el país en 2025, frente a 25 el año anterior.
El aumento de casi el 100% en las ejecuciones se debió en gran medida a Florida, que con 19 ejecuciones representó cerca del 40% del total del año, indicó el grupo.
El año también estuvo marcado por la expansión del uso de un método de ejecución controvertido: el gas nitrógeno. Luisiana y Alabama ejecutaron cada uno a dos condenados utilizando este método, que, según han señalado defensores de los derechos humanos, conlleva el riesgo de causar una muerte lenta y agonizante. Se informó que Anthony Boyd, un asesino ejecutado en Alabama, tardó alrededor de 20 minutos en morir durante su ejecución por gas.
Carolina del Sur ejecutó a dos reclusos por medio de un pelotón de fusilamiento, las primeras ejecuciones de este tipo en EE.UU. en 15 años. Los abogados alegaron que una de esas ejecuciones fue fallida, lo que provocó sufrimiento al recluso antes de morir.
Mientras tanto, la Corte Suprema de Estados Unidos “denegó todas las solicitudes de suspensión de ejecución” en 2025, señaló el Death Penalty Information Center, mientras que varios estados aprobaron leyes para ampliar la pena de muerte o apoyarla de otras maneras.