Con ocasión de la Navidad, el Arzobispo de Corrientes (Argentina), Mons. Adolfo José Larregain, envió un mensaje al Pueblo de Dios con la mirada puesta en los damnificados por las inundaciones, animando a ser artesanos de esperanza en medio del dolor.
Las inundaciones en la provincia de Corrientes ocurrieron el 21 de diciembre y fueron provocadas por la caída de intensas lluvias, registrándose cerca de 400 milímetros en 24 horas, lo que obligó a más de 300 personas a ser evacuadas de sus hogares, provocó cortes de rutas y activó un amplio operativo de emergencia con ayuda de autoridades y fuerzas de seguridad provinciales y nacionales.
“En esta Navidad, marcada por luces y sombras, la Iglesia vuelve a proclamar con fe y esperanza: ‘El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz’”, expresó el Arzobispo Larregain en su mensaje. Esa luz, precisó, “es Jesucristo, el Hijo de Dios que nace en la sencillez de un pesebre para acercarse especialmente a quienes hoy cargan dolor, pérdidas e incertidumbre”.
“En los últimos días, nuestra provincia de Corrientes se ha visto duramente golpeada por el temporal: lluvias intensas, inundaciones, familias evacuadas, viviendas dañadas y bienes perdidos”, enumeró el prelado.
“A muchos la Navidad los encuentra en medio de la angustia, lejos de su casa o intentando recomenzar. A todos ellos queremos decirles, con palabras y con gestos: no están solos”, aseguró.
Recordando el Evangelio, Mons. Larregain expresó: “Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”. Al respecto, reflexionó: “Dios no se mantiene distante del sufrimiento humano; entra en él. Jesús nace pobre, vulnerable, sin seguridades, para compartir nuestras fragilidades. En Belén, como decía Benedicto XVI, Dios se hace cercano y nos enseña a confiar incluso en la noche”.