En el tradicional encuentro navideño, el Papa León XIV exhortó a los miembros de la Curia Romana a ser auténticos constructores de la comunión en Cristo, advirtiéndoles sobre la tentación de los “fantasmas de la división”, que conducen a la rigidez y a la ideologización.
“La luz de la Navidad viene a nuestro encuentro, invitándonos a redescubrir la novedad que, desde la humilde gruta de Belén, recorre la historia humana”. Con esta hermosa frase comenzó el Papa su discurso dirigido este 22 de diciembre a los cardenales y superiores de la Curia Romana.
En este encuentro, desarrollado en el Palacio Apostólico del Vaticano, el Santo Padre recordó al Papa Francisco, de quien se refirió como su “querido predecesor”, destacando en concreto su impulso a la evangelización e invitación constante “a ser una Iglesia alegre y gozosa, acogedora con todos, atenta a los más pobres”.
A la luz del ejemplo del Papa argentino y de su exhortación apostólica Evangelii gaudium, León XIV reflexionó sobre dos “aspectos fundamentales” de la vida y de la Iglesia: la misión y la comunión. Algo que solo es posible, aseguró, si “ponemos a Cristo en el centro”.