18 de diciembre de 2025 Donar
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El nuevo Arzobispo de Nueva York, oriundo de Chicago como el Papa León XIV y con “espíritu misionero”

El obispo Ronald Hicks encabeza una procesión en mayo de 2025 en la Diócesis de Joliet como parte de la Peregrinación Eucarística Nacional./ Crédito: Trevor Alcorn.

En su nombramiento episcopal más significativo en Estados Unidos hasta la fecha, el Papa León XIV vuelve a sus raíces de Chicago al elegir a un joven prelado con una historia notablemente similar a la suya como nuevo Arzobispo de Nueva York.

La elección del Papa para la Gran Manzana es el obispo Ronald Hicks, de 58 años, actual ordinario de la Diócesis de Joliet, Illinois, y también oriundo de los suburbios del sur de Chicago.

Nacido en 1967, tan sólo 12 años después que León XIV, el obispo Hicks creció en South Holland, Illinois, colindante con Dolton, el pueblo natal del Papa.

“Reconozco muchas similitudes entre él y yo”, dijo el obispo Hicks a medios de Chicago sobre el Papa León tras la elección del estadounidense al pontificado, el 8 de mayo. “Así que crecimos literalmente en el mismo radio, en el mismo vecindario. Jugábamos en los mismos parques, nadábamos en las mismas piscinas, nos gustaban las mismas pizzerías… Quiero decir, es así de real”.

El obispo Hicks también asistió a la escuela secundaria Quigley Preparatory Seminary South, que con el tiempo se convirtió en St. Rita of Cascia High School, donde el Papa León XIV enseñó en la década de 1980. Tal vez la diferencia más llamativa entre ambos es que el obispo Hicks es aficionado de los Chicago Cubs, no de los Chicago White Sox.

Los dos se han encontrado al menos una vez antes, cuando el entonces Cardenal Robert Prevost habló en una parroquia de la Diócesis de Joliet el 7 de agosto de 2024, durante un viaje de regreso a la zona de Chicago. Después, el obispo Hicks dijo que hablaron durante más de 15 minutos, y que el futuro Papa se interesó por el ministerio del joven obispo y le entregó su tarjeta.

Poco más de un año después, León ha elegido al obispo Hicks para uno de los cargos más destacados en el país natal del Papa. El obispo Hicks sucederá al Cardenal Timothy Dolan, una personalidad carismática que ha estado al frente de la arquidiócesis de Nueva York desde 2009.

El nombramiento pone fin a las especulaciones sobre quién sucedería al Cardenal Dolan —el purpurado cumplió 75 años el pasado febrero— y envía una señal sobre las cualidades que el Papa León probablemente buscará en futuros nombramientos episcopales de primer nivel.

Experiencia en América Latina

Además de sus raíces comunes en Chicago, el obispo Hicks comparte con el Papa León experiencia ministerial en América Latina. Once años después de su ordenación como sacerdote de la Arquidiócesis de Chicago, en 1994, el arzobispo electo pasó cinco años en El Salvador como director regional de Nuestros Pequeños Hermanos, una organización benéfica que atiende a huérfanos en América Latina. El arzobispo electo habla español con fluidez.

El obispo Hicks se graduó en 1989 en la Universidad Loyola de Chicago con un título en Filosofía. Obtuvo una Maestría en Divinidad en la University of Saint Mary of the Lake/Mundelein Seminary en 1994 y un Doctorado en Ministerio en la misma institución en 2003.

La hermana Sara Butler, quien enseñó al obispo Hicks cuando era estudiante en Mundelein Seminary y luego trabajó con él cuando se incorporó al equipo de formación del seminario, recordó que él “mostraba un notable espíritu misionero”.

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Otros también se han sentido impresionados por su corazón pastoral y su fe ortodoxa.

Jonathan Blevins, exresponsable laico parroquial en Chicago que colaboró en varias ocasiones con el obispo Hicks, afirmó que el arzobispo electo es “tradicional y ama a los perdidos y a los pobres”, con un “gran corazón por los hispanos”.

“Siempre que hablaba, se veía que su corazón estaba con los pobres, especialmente por el tiempo que pasó trabajando en el orfanato”, dijo el P. Kevin Gregus, sacerdote de la Arquidiócesis de Chicago que coincidió con el obispo Hicks cuando era seminarista. “Creo que se habría mudado allí de forma permanente si [el exarzobispo de Chicago] Cardenal Francis George se lo hubiera permitido”.

Administración y evangelización

En lugar de eso, el P. Hicks fue ascendiendo en las filas del clero de Chicago, ocupando cargos como decano de formación en Mundelein y vicario general de la arquidiócesis. El sacerdote de Chicago fue nombrado Obispo Auxiliar por el Papa Francisco en 2018 y ordinario de Joliet apenas dos años después.

Cuando llegó a Joliet, una diócesis de unos 500.000 católicos que incluye el sur y el oeste del área metropolitana de Chicago, el obispo Hicks subrayó su deseo de colocar “a Cristo en el centro de nuestras vidas”.

“La razón por la que soy sacerdote, la razón por la que soy obispo, la razón por la que soy católico es porque amo a Jesús”, dijo el obispo Hicks a los medios diocesanos. “He sido bautizado, y como católico bautizado quiero seguir evangelizando y asegurarme de que la fe crezca, y de que no crezca sólo en un determinado grupo, sino en todos: en los jóvenes, en los ancianos, en quienes podemos estar en la mitad de la vida”.

El obispo Hicks también ha afrontado desafíos administrativos en Joliet. En 2022 puso en marcha un plan diocesano de reestructuración que ha dado lugar al cierre y la fusión de varias parroquias. También se pronunció en mayo de 2023, después de que el fiscal general de Illinois publicara un informe histórico sobre abusos sexuales cometidos por el clero, afirmando que la diócesis “seguirá dedicando importantes recursos a la protección de los niños, la prevención de abusos y la promoción de la sanación”.

“Ningún pecado de tan gran magnitud como el abuso sexual de menores debe olvidarse jamás”, dijo el obispo Hicks en su declaración. “Recordar el daño causado nos obliga a mantenernos vigilantes en nuestros esfuerzos para garantizar que nunca vuelva a ocurrir”.

Durante su tiempo en Joliet, el obispo Hicks ha hecho de la condición de discípulos misioneros una de sus máximas prioridades. En septiembre de 2025 publicó “MAKE”, una carta pastoral que llama a los católicos de Joliet a seguir el mandato de Cristo de “hacer otros discípulos” mediante la “conversión, confesión, comunión y misión”.

“Con audacia, quiero que nuestra diócesis sea la diócesis más evangelizadora del país, no por competencia, sino porque amo a Jesús, y quiero que ustedes lo amen y se salven también por medio de Él”, escribió el obispo Hicks en una columna.

La conexión con Cupich

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Además del Papa León XIV, el obispo Hicks también está vinculado a otro eclesiástico de Chicago: el Cardenal Blase Cupich.

El arzobispo electo es el tercer antiguo auxiliar del Cardenal Cupich nombrado para una arquidiócesis estadounidense en el último año y medio, tras el arzobispo Jeffrey Grob de Milwaukee y el arzobispo Robert Casey de Cincinnati.

El Cardenal Cupich, de 76 años, ha ejercido durante mucho tiempo una influencia considerable en los principales nombramientos episcopales en Estados Unidos y sigue siendo miembro del Dicasterio para los Obispos del Vaticano.

El obispo Hicks ha elogiado al cardenal de Chicago como mentor y apareció en un video de homenaje con motivo del 50 aniversario de la ordenación sacerdotal del cardenal.

“Cardenal Cupich, gracias por su extraordinario liderazgo en la Iglesia”, dijo el obispo Hicks durante su Misa de instalación en 2020 como obispo de Joliet. “Gracias por su confianza en mí. Y quiero que sepa cuánto he aprendido directamente de usted”.

Provida y favorable a la Misa tradicional en latín

Al mismo tiempo, varias fuentes en Chicago y Joliet subrayaron que el obispo Hicks es claramente un hombre con criterio propio, y que tiene puntos de vista y prioridades que se apartan evidentemente de las del Cardenal Cupich.

Por ejemplo, mientras el Cardenal Cupich es conocido como uno de los opositores más enérgicos de la Misa tradicional en latín dentro del episcopado estadounidense, los fieles que asisten a la Misa tradicional (TLM, por sus siglas en inglés) en la Diócesis de Joliet afirman que el obispo Hicks ha sido todo menos hostil.

“Tengo y sigo teniendo un gran sentimiento de gratitud hacia el obispo Hicks por su prudencia pastoral al proteger a su rebaño de las medidas draconianas emitidas en Traditionis custodes”, dijo Trevor Alcorn, quien asiste a la Misa tradicional en la parroquia San Juan Pablo II en Kankakee, Illinois. “Él sabía que las comunidades ligadas a la Misa tradicional habían dado y seguirían dando fruto en su diócesis, y se esforzó al máximo por preservarlas”.

Alcorn, copropietario de Tridentine Brewing, describió la protección que el obispo Hicks ha brindado a la Misa tradicional en Joliet como “silenciosamente eficaz”, porque evitó un protagonismo innecesario. También afirmó que se trató de un ejemplo de liderazgo sinodal, pues implicó que el obispo Hicks “escuchara a los fieles y tuviera en cuenta sus necesidades”.

El estilo litúrgico del obispo Hicks parece caracterizarse por una sencilla reverencia y un amor por la Eucaristía. Por ejemplo, en un video que acompaña su carta pastoral se ve al obispo distribuyendo la Comunión en la boca, postura que muchos asocian con la piedad eucarística. El obispo Hicks también promovió intensamente en Joliet el Avivamiento Eucarístico Nacional, y su diócesis fue la primera en acoger la procesión del año pasado, que fue de Indianápolis a Los Ángeles.

Las fuentes también describieron al obispo Hicks como un prelado teológicamente sólido que abraza la totalidad de la doctrina social de la Iglesia. Considera a San Óscar Romero, el mártir salvadoreño y defensor de los pobres, como un héroe personal, y ha escrito sobre la necesidad de que los católicos sean “contraculturales” respecto al aborto.

John Breen, profesor de Derecho en la Universidad Loyola de Chicago que criticó abiertamente la intención del Cardenal Cupich de homenajear al senador proaborto Dick Durbin este otoño pasado, describió al obispo Hicks como “un firme defensor de la causa provida”.

“Aunque ese mensaje es en gran medida contracultural en Nueva York, tengo plena confianza en que dará testimonio de la causa de los no nacidos y de todo el Evangelio de la vida a tiempo y a destiempo”, dijo Breen, que es el representante laico de la Diócesis de Joliet en el consejo de administración de la Conferencia Católica de Illinois.

Sin embargo, el arzobispo electo podría preferir un enfoque menos confrontativo, ya que fue uno de los 47 obispos diocesanos que firmaron una carta en 2021 oponiéndose a un documento de la USCCB sobre la “coherencia eucarística”, que se esperaba abordara la cuestión de negar la Comunión a los políticos católicos favorables al aborto.

El obispo Hicks también parece gozar de la estima de sus hermanos en el episcopado. En noviembre de 2024 fue elegido presidente del Comité para el Clero, la Vida Consagrada y las Vocaciones de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés), obteniendo más del 63% de los votos.

¿Perfil adecuado para Nueva York?

El obispo Hicks tiene un conjunto de habilidades diverso e impresionante. Pero, ¿cómo le irán sus sensibilidades del Medio Oeste en la Gran Manzana?

Con 2,5 millones de católicos, la Arquidiócesis de Nueva York es la segunda diócesis más grande de Estados Unidos, después de Los Ángeles. El arzobispo de “Gotham” también es una de las figuras católicas más visibles del país, dada la condición de Nueva York como capital mediática de Estados Unidos.

Tras el Cardenal Dolan, natural de St. Louis, y el Cardenal Edward Egan, natural de Chicago, el obispo Hicks será el tercer oriundo del Medio Oeste consecutivo que sirve como Arzobispo de Nueva York. Sin embargo, a diferencia del muy sociable y afectuoso Cardenal Dolan, el obispo Hicks ha dicho que él es más bien “un espíritu gentil”. A la vez, considera que es “capaz también de ser firme y de tratar de marcar una visión y una agenda, y de asegurarse de que avancen”.

El obispo Hicks compartirá el foco neoyorquino con el alcalde electo Zohran Mandami, el primer alcalde musulmán y socialista de la ciudad. La noticia de su inminente mudanza al Empire State coincide con el anuncio, el 17 de diciembre, de que la gobernadora Kathy Hochul, católica, promulgará una ley sobre el suicidio asistido.

Mientras tanto, la llegada del obispo Hicks podría contribuir a incrementar las vocaciones en Nueva York, donde actualmente sólo hay 23 seminaristas en formación para la arquidiócesis. Además de sus anteriores cargos en los seminarios de la arquidiócesis de Chicago y de su trabajo actual en la USCCB en el ámbito de las vocaciones, es obispo asesor del Institute for Priestly Formation, un conocido apostolado que forma a seminaristas en la espiritualidad ignaciana.

Las habilidades del obispo Hicks en lengua española y su experiencia en América Latina serán una ventaja en una arquidiócesis con más de un millón de católicos hispanos. Del mismo modo, sus dotes administrativas sin duda entrarán en juego a medida que la arquidiócesis trate de afrontar las consecuencias de las demandas por abusos sexuales cometidos por clérigos. Se han recortado presupuestos, se ha despedido personal y la arquidiócesis vendió la semana pasada bienes inmuebles por valor de 490 millones de dólares para indemnizar a las víctimas.

Lo que está claro es que el Papa León ya tiene a su elegido para la ciudad de Nueva York. Y el nombramiento de un prelado como el obispo Hicks —de mentalidad pastoral, orientado a la evangelización y preocupado por una liturgia reverente y una enseñanza clara— puede convertirse en el modelo de futuros movimientos episcopales en Estados Unidos bajo el pontificado de León, vengan o no sus elegidos de Chicago.

Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en el National Catholic Register.

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