La iglesia de San Vital, construida en el año 386, es el templo cristiano más antiguo que se conserva en el centro de Roma. Se trata del “único edificio de culto del siglo IV que ha permanecido intacto a lo largo de los siglos”, destaca su párroco el P. Elio Lops.
Este templo paleocristiano, discreto y poco promocionado en los circuitos turísticos habituales, custodia un tesoro artístico y devocional prácticamente ignorado: la primera imagen de Nuestra Señora de Guadalupe pintada en la capital italiana.
“Nunca se le ha dado la importancia que merece”, afirma el P. Lops a ACI Prensa ante una representación de la Virgen que remite de forma inmediata a la imagen impresa en la tilma de San Juan Diego en 1531.
Las semejanzas saltan a los ojos. “No hay dudas sobre su identidad”, sostiene el párroco.
Aunque la posición de las manos presenta una ligera variación y faltan los rayos que rodean habitualmente la figura, “la mirada es la misma”, explica. La pintura conserva además “el mismo cinturón que marca la maternidad de nuestra Señora y la gran luna creciente bajo sus pies”, refiere el P. Lops que cita así los elementos iconográficos esenciales del relato guadalupano.