Durante una procesión de antorchas en el Santuario de Lourdes, el español Borja Pérez de Brea — habitual voluntario en las peregrinaciones con enfermos— sintió que la Virgen le hacía un pedido especial: iluminar los hogares con la misma luz que aquella noche irradiaba la explanada.
Fue este el inicio de DECRUX, una marca de velas de oración personalizables manipuladas artesanalmente por jóvenes con discapacidad intelectual y con fines solidarios, cuya misión es “llevar la luz de Cristo a todos los hogares del mundo”.
La marca, según explica su fundador a ACI Prensa, nació con el objetivo de “unir la tradición de la vela de oración con la tendencia de las velas decorativas en las casas”. Así, cada vela no solamente embellece la estancia, sino que “lleva al cielo” cada intención que tiene inscrita.
Al encender la vela, se abre un espacio de intimidad con el Señor, dejando atrás el ruido y las prisas del día a día, convirtiendo cada hogar en un “santuario familiar” donde lo cotidiano se transforma “en un anticipo del cielo”.