Luego de casi cuatro décadas de ausencia, regresó a la iglesia de San Ignacio, en Bogotá, la pintura de Santa Eulalia, obra del maestro Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos, el pintor con mayor reconocimiento que vivió en el Reino de la Nueva Granada, actual Colombia.
La obra data de finales del siglo XVII y se encontraba en un retablo inferior de la iglesia —ubicada en el centro histórico— hasta que fue sustraída en la década de 1980.
La Compañía de Jesús desconocía el paradero de la pintura hasta que esta fue adquirida en diciembre de 2024 —en una subasta realizada en Uruguay— por el coleccionista argentino Gonzalo Eguiguren, quien posee una galería de arte en Madrid (España).
Sin embargo, gracias a un estudio llevado a cabo por el especialista en arte virreinal, Adrián Contreras-Guerrero, Eguiguren conoció que se trataba de una obra robada y decidió restituirla a la iglesia colombiana.
Este acto ha sido agradecido por los jesuitas que administran el templo, quienes lo consideran “un gesto ejemplar de responsabilidad patrimonial y respeto por la verdad del arte”.