Miles de fieles de la diócesis italiana de Toscana —junto a los de Camerino-San Severino, Fabriano-Matelica, Lanciano-Ortona y San Severo— se encontraron este 11 de octubre con el Papa León XIV en la Plaza de San Pedro.
En el discurso que dirigió a la multitud, el Papa León se refirió especialmente a los toscanos, ya que hoy se celebró la peregrinación jubilar de la región, que atraviesa “una cierta crisis de fe” y una complicada situación económica.
“Hoy, incluso frente a la buena voluntad y la generosidad que los caracterizan como pueblo, abundan los problemas que ponen de relieve una cierta crisis de fe y práctica religiosa, y que exigen una valiente inversión en la formación cristiana y un renovado entusiasmo por la evangelización”, aseguró.
“En una región tan trabajadora como la Toscana, cuna de algunos de los mejores artesanos y pequeñas y medianas industrias, es doloroso ver cómo la crisis económica que afecta a numerosas empresas está obligando al despido de tantos trabajadores”, añadió el Papa.
Muchos otros trabajadores, explicó León XIV, caen en mecanismos que permiten a las empresas reducir o suspender temporalmente la jornada laboral pero sin despedirlos. Estas personas quedan “a la espera de acuerdos institucionales que permitan la reanudación de la actividad”.
Ante esta realidad, invitó a los peregrinos a “adoptar un estilo de vida cercano”, que se preocupe realmente por “las dificultades y tribulaciones” de las personas.