Los obispos de Ecuador señalaron que la violencia no es el camino para construir un mejor país y alentaron al diálogo entre las partes en conflicto para hacer frente a la actual crisis ecuatoriana.
En un comunicado publicado el 1 de octubre y titulado “Llamado a la paz y al diálogo en el Ecuador”, los obispos reunidos en Azogues —en el marco de su 158° asamblea plenaria— advirtieron que “nuestro país atraviesa un momento delicado de tensión social y política, cuyas causas estructurales se evidencian en problemas y malestares profundos”.
“Ante este escenario, afirmamos que sólo el diálogo franco y permanente será siempre la vía más fecunda para encontrar soluciones a los problemas de todos”, un camino que además garantiza “la vida democrática”, señalan los obispos.
Los prelados reconocieron también “el derecho a la protesta pacífica de quienes sienten que su voz no ha sido escuchada y sus derechos han sido conculcados. Una protesta siempre abierta y respetuosa del otro, que abra el futuro en lugar de cerrarlo”.
Los obispos precisaron asimismo que “la violencia nunca será el camino para construir un mejor Ecuador, ésta termina siempre atentando contra la vida, lesiona a inocentes, y afecta el bien común, debilitando el Estado de derecho y sus instituciones, garantía para una sana convivencia”.
En ese sentido animaron a todas las partes involucradas a trabajar por la paz, a través de la escucha y el diálogo, sin ver a los otros como enemigos sino como hermanos. “Sólo así construiremos un Ecuador reconciliado, donde se respete la vida, la libertad y los derechos de todos, y podamos aspirar a un verdadero desarrollo en justicia y equidad”, subrayaron.