El relato de la abogada argentina Lourdes Colombres Garmendia es la prueba de que la fe alivia el dolor y transforma el fuego de la injusticia en fortaleza. Durante más de tres décadas su familia sufrió un grave abuso que impidió que pudieran disfrutar de la herencia familiar.
“Vivimos 31 años de atropellos pero nunca dejé de aferrarme a Dios", resume. El origen del conflicto fue el testamento de su abuela, de gran valor patrimonial, que designaba a un albacea para la ejecución de su voluntad.
“La persona nombrada nunca ejecutó el testamento y nos privaron durante 31 años de poder usar y gozar de lo que nos corresponde por Ley. Se violó sistemáticamente el proceso judicial, vulnerando garantías y derechos constitucionales argentinos: el debido proceso y el derecho de propiedad”, explica esta abogada civil a ACI Prensa poco después de haber participado este sábado junto a su madre en el Jubileo de la Justicia, uno de las citas de este Año Santo.
El proceso se dio en la provincia de Salta, al norte de Argentina, donde —según asegura— “lamentablemente no existe un Poder Judicial imparcial e independiente”. “Existen muchísimos casos de corrupción y violación del debido proceso”, lamenta sin entrar en detalles esta abogada que ahora trabaja en Tucumán, Argentina.
Sabe bien de lo que habla. Ella misma asumió la defensa legal de su madre en este juicio sucesorio. “Tuve que luchar contra un sistema judicial corrupto y feudal”, afirma.
Todo este proceso acabó en un desgaste personal tremendo que coincidió con la muerte de su hija mayor y la enfermedad de su hija menor. “Fue un peso muy grande, pero nunca dejé de pelear por lo que es justo”, recuerda.