La Plaza de San Pedro vivió este sábado una de las noches más memorables de la historia reciente del Vaticano, al convertirse en el epicentro de un espectáculo sin precedentes.
El macroconcierto Grace for the World, organizado para clausurar el World Meeting on Human Fraternity, comenzó con un arranque cargado de simbolismo y emoción que dejó sin aliento a las decenas de miles de personas presentes, muchas de ellas llegadas de distintos países y congregadas desde primera hora de la tarde en la gran avenida de Via della Conciliazione (Via de la Conciliación).
De repente, el cielo sobre la basílica se iluminó con más de 3.000 de drones, perfectamente coordinados, que dibujaron la imagen del Papa Francisco, enmarcando con luz el contorno de la cúpula de Miguel Ángel y la columnata de Bernini. La escena, inédita en este espacio, provocó un silencio reverente en la multitud, que se detuvo a contemplar el espectáculo antes de estallar en aplausos.
Ese instante estuvo acompañado por una emotiva interpretación de Amazing Grace, entonada a dúo por el tenor Andrea Bocelli –figura central de la velada– y el cantante estadounidense Teddy Swims. Sus voces se elevaron sobre el silencio de la plaza vaticana y se mezclaron con el zumbido casi imperceptible de los drones, generando un ambiente místico y solemne.