El gobierno de China ha reconocido a dos obispos “clandestinos”, es decir fieles a Roma y nombrados por el Papa, pero según la agencia Asia News, especializada en noticias de la Iglesia Católica en el continente asiático, estaría promoviendo una “narrativa” que genera tensiones entre los católicos.
El primero en ser reconocido por Pekín ha sido Mons. José Ma Yanen, de 65 años, hasta ahora obispo clandestino de Xiwanzi, que es ahora obispo auxiliar de la nueva diócesis de Zhangjakou, en la provincia de Hebei.
En esa diócesis y hace dos días, por el Acuerdo Vaticano y China sobre el nombramiento de obispos –firmado en 2018 y renovado hasta 2028- entre la República Popular China y la Santa Sede, fue ordenado obispo Giuseppe Wang Zhengui, el sacerdote "oficial" –afín al gobierno chino– que ya dirigía desde hace un tiempo y en la práctica, lo que Pekín consideraba la Iglesia local.
El segundo obispo reconocido ha sido Mons. Agostino Cui Tai, de 75 años, hasta ahora obispo de Xuanhua –la otra diócesis suprimida por el Papa León XIV para crear la diócesis de Zhangjiakou– y “figura simbólica de los sufrimientos de las comunidades clandestinas con reiterados arrestos en los últimos años”.
De acuerdo a Asia News, este reconocimiento se ha dado “sólo porque, con el nombramiento de Mons. Wang Zenghui, el Vaticano considera a Mons. Cui Tai como obispo emérito”.
La agencia Asia News, del Instituto Pontificio para las Misiones Extranjeras, precisa además que “los organismos oficiales de la comunidad católica local han informado sobre las dos ceremonias que se celebraron esta mañana”.