Estos tres jóvenes italianos, llenos de vida, no querían perderse la canonización de Carlo Acutis. Cristian de 19 años, Romina, de 18, y Sabatino, de 17, tienen la convicción de que este joven fallecido por una leucemia cuando tenía 15 años ya estaba en los altares incluso antes de su canonización.
“Para nosotros ya es santo”, asegura Cristian como si la Misa solemne que ha celebrado el Papa León XIV fuese apenas la confirmación oficial de lo que su comunidad vive desde hace tiempo.
Han viajado de noche hasta Roma en autobús, con otros 150 chavales de su parroquia, enclavada en la provincia de Salerno (sur de Italia).
Mientras esperaban pacientemente en las inmediaciones de la plaza de San Pedro a que avancen los controles de seguridad, Romina explica con naturalidad que Acutis “ha concedido muchas gracias, que no han sido escritas, pero que para nosotros son grandes milagros”.
Esta periodista les pregunta cuáles y, a pesar de las reticencias previas, accede a compartir este tesoro espiritual que ha devuelto la esperanza a varias personas de su parroquia. “Mi tía soñó con Carlo una noche, y al despertar descubrió que la masa tumoral que le había crecido en el pecho y que le habían encontrado hace había desaparecido de un día para otro”, detalla sin poder evitar la emoción.