El Cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, envió un mensaje a los más de 40.000 jóvenes, en su mayoría italianos, que se reunieron ayer en Roma para el rito de la profesión de fe, alentándolos a que, pese a la guerra y el odio en Tierra Santa y en cualquier otro lugar, sean todos agentes de paz y de esperanza.
El mensaje del purpurado italiano, también pronunciado en ese idioma, se emitió en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, en un evento presidido por el Cardenal Matteo Zuppi, Arzobispo de Bologna y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, en un evento en el que hubo testimonios, música, y oración.
En su mensaje, Pizzaballa dijo que en Tierra Santa, por la guerra entre Israel y Hamás, en la que también la única iglesia católica de Gaza ha sido bombardeada, “las muertes son incontables, la falta de medicinas, la falta de alimentos, el hambre, no son una teoría, son una realidad concreta, por desgracia, que afecta a miles y miles de personas que me han impactado directamente de una manera nunca pensada, nunca imaginada, inimaginable hasta ahora”.
En ese sentido, continuó el cardenal, “todo parece hablar de muerte, de odio, de destrucción, de violencia, parece realmente una noche que no acaba nunca. Por desgracia, la noche, la oscuridad, parece ser realmente el criterio de referencia para muchos, pero también es importante decir una palabra de fe, sobre todo tener una mirada de fe, una mirada libre que no parta sólo del dolor, el dolor está ahí y no podemos negarlo y debemos estar ahí, estar dentro de esas situaciones de dolor para llevar alivio y consuelo”.
Tras resaltar que “hay muchísimas personas que aún hoy, en Gaza, en Israel, en toda Tierra Santa, están dispuestas a dar la vida por los demás”, el Patriarca destacó que “sólo las personas que en este momento dramático han sido capaces de mirar el dolor del otro, de acercarse a él, serán capaces también de construir el futuro y de dar concreción a la esperanza”.