El 18 de julio, un tribunal federal bloqueó una controvertida ley del estado de Washington (Estados Unidos), que obligaría a los sacerdotes a violar el secreto de confesión, poniéndose del lado de los obispos católicos del estado que habían presentado una demanda contra la medida a principios de este año.
La ley, aprobada por la Asamblea Legislativa estatal a principios de este año y firmada por el gobernador Robert Ferguson, añadió al clero a la lista de personas obligadas a denunciar los abusos en el estado. Sin embargo, no incluyó una exención para la información obtenida en el confesionario, dejando explícitamente a los sacerdotes fuera de la excepción de “comunicación privilegiada” que se concede a otros profesionales.
En el fallo, el juez de distrito David Estudillo afirmó que “no había duda” de que la ley suponía una carga para el libre ejercicio de la religión.
“En situaciones en las que [los sacerdotes] escuchan confesiones relacionadas con el abuso o el abandono infantil, [la norma] los coloca en la posición de cumplir con los requisitos de su fe o infringir la ley”, escribió el juez.
Estudillo señaló que la medida aprobada “modifica la ley vigente únicamente para obligar a los miembros del clero a denunciar los casos de abuso o negligencia infantil”.
Tal y como está redactada, la ley “no es neutral ni de aplicación general”, ya que “trata las actividades religiosas de forma menos favorable que las actividades seculares comparables”, afirmó.