Al habitual ir y venir de peregrinos que no quieren perderse la fumata en los alrededores de la plaza de San Pedro, se suma estos días una inusual marea de cámaras, grabadoras, trípodes y micrófonos.
Normalmente, unos 600 periodistas están acreditados de forma permanente en la Santa Sede, pero estos días la cifra se ha disparado. “Más de 7.500 informadores han solicitado una acreditación para cubrir la elección del nuevo Papa”, explica el P. Álvaro Bayan, sacerdote extremeño que colabora en la Oficina de Prensa del Vaticano.
Serán ellos quienes tendrán la misión de anunciar al mundo, en más de 20 idiomas, quién es el nuevo sucesor de Pedro.
“Estas acreditaciones no son a medios de comunicación, sino de manera nominal. O sea que son 7.500 personas reales, físicas, que están aquí narrando al mundo entero lo que está sucediendo. Es una cifra impresionante que confirma que la Iglesia importa, de una manera u otra”, asegura tras constatar el desafío logístico para el Vaticano.