Marcelo Pivato conoció a Jorge Mario Bergoglio en 1999. Desde entonces, cultivaron una amistad entrañable que duró más de dos décadas. “Desde el primer encuentro me impactó su sencillez”, recuerda Pivato, un docente jubilado de Buenos Aires.
Aquel primer encuentro se dio cuando Pivato fue designado Director General de Educación del Gobierno de la Ciudad. Él estaba a cargo de todo el sistema educativo público y privado, incluyendo las escuelas parroquiales y congregacionales. “Ahí empezó nuestra relación, con una mirada pastoral muy cercana. No se comportaba como una autoridad lejana, sino como un pastor que quería entender y acompañar”.
A lo largo de los años compartieron muchas experiencias. Aquí algunas de las anécdotas más memorables que contó a ACI Prensa.
1. El testigo de una adopción
“En diciembre del 2003 fui a verlo. Yo ya no estaba en el gobierno. Le comenté que con mi esposa habíamos decidido adoptar un hijo. Le alegró muchísimo. Hicimos los trámites y él fue nuestro testigo ante la justicia”, recuerda Pivato.