En el marco de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, un grupo de creyentes de diferentes denominaciones cristianas peregrinó hasta la tumba de Akash Bashir, el joven salesiano pakistaní que sacrificó su vida en 2015 para evitar un atentado terrorista en su parroquia.
En Pakistán, una nación de tradición islámica, todos consideran al Siervo de Dios Akash Bashir como un mártir, según relata la agencia vaticana Fides. Su figura se ha convertido en una “que une a los cristianos de todas las confesiones”. Además, los musulmanes también le veneran.
“Su sacrificio, al dar su vida para proteger a los inocentes que oraban en la iglesia de San Juan de Lahore, trasciende los límites de la Iglesia y se erige como un puente para el diálogo interreligioso con la comunidad musulmana”, asegura Fides.
El 18 de enero, en su lugar de sepultura tuvo lugar un acto de oración ecuménica en el que los participantes “confiaron la vida de los cristianos en Pakistán a la intercesión de este joven”.
Entre ellos, un sacerdote católico, el P. Lazar Aslam, y dos pastores protestantes, I.B. Rocky y Samuel Ashan Khokhar. Este último recordó aquel fatídico 15 de marzo de 2015, cuando la valentía de Bashir ante un terrorista que pretendía inmolarse dentro de la parroquia salvó muchas vidas.
“Me encargué de recibir los cuerpos, colocarlos en la morgue y elaborar la lista de fallecidos. Recuerdo especialmente haber escrito el nombre de Akash Bashir en una de las bolsas para cadáveres”, dijo Khokhar.