Séptimo día de la novena en honor a la Inmaculada Concepción de María

Por la señal de la Santa Cruz... Señor mío Jesucristo...

Para dar luz inmortal siendo vos alba del día sois concebida María sin pecado original
Oración

¡Oh Reina Purísima de los ángeles y de los hombres! Mil gracias y alabanzas te damos porque a la puertas de la vida hallaste la dracma preciosa que perdimos todos en nuestro primer principio, hallando la gracia que te salió al encuentro ya la Divinidad que te esperaba en los umbrales de la naturaleza tomando tus potencias en el primer Instante de su ser, al nobilísimo objeto que las estrenó porque se creaban solo para El. Te rogamos, Purísima Señora, que, pues no hubo en tu Purísima Concepción ser sin conocer a Dios, ni conocimiento sin amor ni amor sin merecimiento, nos concedas conocer a nuestro Buen Padre Dios para que conociéndole le amemos, amándole le poseamos y poseyéndole le gocemos por toda la eternidad. AMEN.

Lectura bíblica {Lc. 11,27-28)

Sucedió, pues, que mientras Jesús hablaba a la muchedumbre, una mujer de entre la gente le dijo gritando: "Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron".
Jesús repuso: Dichosos más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica". PALABRA DE DIOS.

Canción

Dice que sois toda hermosa en sus cantares un Dios, no hallando mácula en Vos para ser su Amada Esposa; Repitan con gozo igual la canción tan misteriosa: SOIS CONCEBIDA MARíA SIN PECADO ORIGINAL.

Consideración

Consideremos cómo Jesús, al decir: "Dichosos más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica" nos enseña la grandeza de su Inmaculada Madre. En efecto, María Santísima, llena de fe y concibiendo a Cristo en su mente antes que en su seno, mereció oír de Isabel, inspirada por el Espíritu Santo estas palabras. "Bendita tú entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre Dichosa Tú, que creíste, porque se cumplirá todo lo que te dijo el Señor!".
Nadie pues, como la Virgen María acogió la Palabra de Dios meditándola en su Corazón y poniéndola en práctica. Más todavía, solo Ella mereció encarnar en su purísimo seno a la Palabra Eterna del Padre por obra y gracia del Espíritu Santo.
La existencia entera de María Santísima es una plena comunión con su Hijo. Ella fue siempre la fiel acompañante del Señor en todos sus caminos. Anudó una historia de amor a Cristo, íntima y santa, única, que culmina en la gloria.
Procuremos imitar a María Santísima siendo dóciles a las inspiraciones del Espíritu Santo, que en nuestros días nos impulsa a trabajar por la Justicia y por la felicidad de los más pobres y necesitados.

(Aquí se puede rezar el ROSARIO, se hace la PETICIóN y se cantan Tres AveMarías. Después se dice la oración del día)

Oración del día

Dios Todopoderoso, que enviaste el Espíritu Santo sobre los Apóstoles, reunidos en oración con María, la Madre de Jesús, concédenos, por intercesión de la Virgen María, entregarnos fielmente a tu servicio y proclamar nuestra fe en Cristo de palabra y con nuestra vida. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos AMEN.

La jaculatoria

¡TODA HERMOSA ERES MARíA
Y NO HAY MANCHA ORIGINAL EN TI!

Oración Final

Bendita y alabada sea la sacrosanta e Individual Trinidad de nuestro gran Dios y Señor, Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres Personas distintas y un solo Dios verdadero; en quien creemos, a quien amemos de quien esperamos el perdón de nuestras culpas y la salvación eterna por su Infinita misericordia; bendita sea porque creó a Nuestra Señora, la siempre Virgen María, exenta, pura y limpia de toda culpa original, en el primer Instante de su ser natural, Amén. Jesús, María y José.

Las Tres AveMarías

(Se rezan o cantan diariamente después de la Consideración, del Rosario y de la Petición).

Oh Señora mía, Santa María, así como Dios Padre por su omnipotencia te hizo potentísima, así y te suplico que me asistas en mi muerte expeliendo' y quitando todo lo que me fuera contrario. DIOS TE SALVE MARíA...

Oh Señora mía, Santa María, así como tu Hijo Santísimo se digno darte tanta claridad y conocimiento de suerte que alumbras al cielo con tus luces, así yo te suplico que en la hora de mi muerte alumbres e ilumines mi alma con el verdadero conocimiento de la fe corroborándola de suerte que no la manche alguna Ignorancia o error. DIOS TE SALVE MARíA . . .

Oh Señora mía, Santa María, así como el Espíritu Santo, con su amor, a Ti lo Infundió totalmente, así te suplico que te dignes darme para la hora de mi muerte la dulcedumbre del amor divino con la cual toda cosa amarga me sea suavísima. DIOS TE SALVE MARíA...

Recursos sobre la Inmaculada Concepción: