¿Nadie es culpable en la expansión del SIDA?

El autor preside el Comité Independiente Antisida, una de las pocas asociaciones con esa finalidad que de verdad quiere combatir el Sida y no defender las causas que lo propagan.
Tras una introducción de la situación se aborda, por fin, pues la extensión del sida no es un fatum sin responsabilidades, las causas y culpas de la expansión del sida, tocando especialmente el mundo de la droga, la prostitución, las "costumbres" homosexuales, las negligencias médicas, las campañas contraproducentes, la pobreza moral, y las ideologías imperantes. Y ofrece una solución solida.

Introducción

La causa directa de la epidemia de sida es la existencia en la persona contagiada del virus VIH; el origen de este virus y de sus modos de transmisión ya son ampliamente conocidos.

Lo que se va a tratar ahora son esas otras causas en las que está implicado directamente el comportamiento humano, y que han hecho posible que la pandemia del sida se distribuya en pocos años por todo el mundo, cuando podría haber quedado recluida a una pequeña aldea africana, y allí incluso extinguirse.

Estas otras causas son las que han derivado o deberían derivar en responsabilidades privadas o sociales, sin miedo a utilizar la palabra culpa. No vamos a realizar un examen exhaustivo calificando con precisión en causas directas, indirectas, circunstanciales, culpables, involuntarias, concomitantes, etc., dejamos esa tarea a expertos en derecho, pero vamos a ofrecerles datos y consideraciones.

Existen diversas tendencias en sicología, y varias de ellas desean desterrar, incluso del vocabulario, la palabra culpa. Me opongo. Seguro que cambiaría de opinión aquel que viera a su hija atropellada en la carretera por una persona que conducía borracha, o aquel que al recibir una transfusión de sangre, fuera contagiado de sida. Seguro que demandaría una alta indemnización, como lo han hecho miles de personas en todo el mundo. Por lo tanto, los contagios y la difusión del sida no es algo inevitable, no es algo en el que nadie tenga la culpa.

Vamos a realizar una tormenta de ideas y analizaremos posteriormente. Habría opiniones para todos los gustos. Comenzamos. La culpa de que el sida se haya disparado la tiene:

-La drogadicción
-La prostitución
-Las costumbres homosexuales
-Negligencias médicas
-Campañas contraproducentes
-La pobreza moral
-Las ideologías imperantes Internet

2. Causas y culpas de la expansión del sida.

2.1. La drogadicción

Ya sabemos los modos en que se transmite el VIH, por relaciones sexuales, por contacto con sangre contaminada (jeringuillas, etc.), y de madre portadora a su bebé. Se nos ha dicho que no debe hablarse de grupos de riesgo, sino conductas de riesgo. Son matices, pero quizá pueda haber un intento deliberado de hacernos ver que cualquier forma de vivir es indiferente, es admisible. "vive y deja vivir" rezaba el lema de grupos de jóvenes que tonteaban con la droga, como si acaso, las costumbres de unos, sólo fueran perniciosas para ellos. Todos nos hemos dado cuenta, por ejemplo con la pandemia del sida, que los males pasan después a personas inocentes.

Todos los informes anuales, destacan, que en los países de occidente, el sida ha venido de la mano, principalmente, de la droga. El informe del año 1999 del Observatorio Europeo de la Droga y la Toxicomanía, decía que España estaba a la cabeza de Europa en nuevos casos de SIDA por todas las vías de contagio, y ocupaba también el primer lugar en incidencia de contagios entre los toxicómanos que se inyectan por vía intravenosa. Ese informe reveló que el 32 por ciento de los toxicómanos por vía intravenosa estaban infectados con virus del SIDA, registrándose notables diferencias entre los diferentes países de la UE, donde cada año morían entre seis y siete mil personas por abuso de drogas.

De todos es sabido que las jeringuillas que comparte un drogadicto con otro, al drogarse, transmiten el virus VIH y otras enfermedades como la hepatitis. Con el miedo al SIDA, el patrón de consumo de drogas está cambiando a otras de menor riesgo frente al VIH. La precaución ante el SIDA ha supuesto un aumento en la práctica de fumar, inhalar y esnifar, no un menor consumo de drogas. Esto produce una disminución en la utilización de heroína, desencadenando un aumento en el consumo de cocaína, "speed", y drogas de diseño (éxtasis, MDMA). Por eso, aunque se consuma menos heroína, el problema continúa.

En otros casos, el sida se contagia por una mezcla de drogadicción y sexo. Así lo demostraron estudios hechos públicos por el Centro de Control de Enfermedades de Atlanta, a comienzos de 1995. Un estudio detectó que de los 40.000 nuevos casos de infección por el virus VIH registrados en 1994 en USA, casi tres cuartas partes de ellos eran toxicómanos. El principal grupo de riesgo no lo constituían sólo los adictos por vía intravenosa; un número creciente estaba formado por adictos al crack, y especialmente mujeres, que se contagiaron al tener relaciones sexuales con otros adictos.

Esor estudios y otros posteriores, dejan ver claramente, que con otras drogas (bajo sus efectos ) también se contagia mucho el SIDA, pues se mantienen relaciones sexuales bajo los efectos de drogas o de alcohol. En esas circunstancias es difícil recordar, o hacer caso a recomendaciones de campañas.

2.2. La prostitución

En Africa se difundió el sida y se difunde en gran manera debido a la prostitución existente en la ciudades. En el sureste asiático, han sido las bases militares, y el turismo sexual lo que ha hecho aumentar la prostitución y con ello la expansión tremenda del sida. Y en los países occidentales la prostitución también está en alza.

En todo el mundo cuatro millones de personas son explotadas sexualmente. En muchos casos, estas mujeres son sujetadas por dos cadenas, una la droga, y otra la prostitución. Se prostituyen para tener dinero para droga, se drogan y no perciben que se ofrecen de esclavas de la depravación humana. Circulo vicioso en el que entran, incluso voluntariamente con la expectativa de vida fácil o paraísos artificiales.

El modelo en occidente de la prostitución actual se diferencia de la registrada en la primera mitad del siglo XX no sólo por las motivaciones individuales de quienes la ejercen o explotan, sino también por los factores sociales que la facilitan, como la crisis de valores espirituales, el deterioro de los vínculos familiares y la precocidad sexual de la sociedad de consumo organizada.

Aquí está, el mal tolerado de siempre, la prostitución. A pesar del SIDA, no se han oído voces de limitar, prohibir, o perseguir la prostitución por ser vehículo del SIDA. A pesar de que se habla tanto de los derechos humanos, y de la dignidad de la mujer, los negocios de prostitución van en aumento. Va a resultar que los países en los que pensamos no se respetan los derechos humanos, y se pisotea la dignidad de la mujer, como China o los países árabes, son los que verdaderamente persiguen la prostitución y la pornografía.

Para hacernos una idea a nivel general, la ONU en un informe que publicó en Abril del 2000, denunciaba el tráfico de decenas de miles de mujeres para ejercer la prostitución, que son integradas, junto a menores, en redes internacionales de explotación sexual. Esta trata de blancas y de niños ha experimentado un auge vertiginoso en años recientes debido a los gigantescos beneficios que arroja y el bajo riesgo para sus organizadores, además de que muchos países no disponen de los instrumentos legales para imponerse contra estas nuevas formas del crimen global. Aquí van cifras del informe citado y de otros de Unicef.

-Un mínimo de 100.000 prostitutas inmigrantes trabajan en Estados Unidos.

-40.000 y 50.000 mujeres tailandesas se dedican a la prostitución en Japón.

-Más de 1.000.000 de personas, en su mayoría mujeres y niñas, caen cada año en las redes de prostitución organizada en Asia.

-Son más de 500.000 las mujeres importadas en Europa occidental de países del Este. Tan sólo en Italia hay más de 45.000 mujeres -dos tercios provenientes de Europa del Este y casi un tercio de África. Unas 75.000 brasileñas viven de la prostitución en Europa.

Lo peor de todo este mundo de la prostitución es que los vicios de los adultos los sufren los niños inocentes. Las cifras de niños que son prostituidos son de escándalo. UNICEF informaba en un informe preparado con motivo del II Congreso mundial contra la explotación sexual comercial que se celebró a finales de Diciembre del 2001 en Japón, que casi tres mil niños al día eran obligados a entrar en el mercado del sexo en el mundo: un millón al año más o menos. En Africa Occidental había 35.000 niños trabajadores del sexo; 25.000 en la República Dominicana; en India hay entre 400 y 500.000 prostitutas niñas; en Lituania entre el 20 y el 50% de las prostitutas son menores; en México se estimaba 16.000 menores implicados en la explotación sexual.

La Agencia EFE informaba en Abril del 2002 que unos diez millones de niños son obligados a prostituirse en el mundo, de los cuales cerca de 300.000 contraerán el virus del sida en el futuro, según un estudio publicado el 19-4-02, la revista "The Lancet". La investigación, un trabajo conjunto del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de EE UU y la Universidad de Tufts, en Medford (Massachusetts), indica también que dos millones de esos menores padecerán enfermedades de transmisión sexual. El estudio revela que dos millones y medio de esos niños prostituidos serán violados, 7.000 asesinados, más de un millón y medio intentarán suicidarse y casi todos caerán en la droga. Por eso, los autores del estudio, los profesores Brian Willis y Barry Levy, abogan por impulsar una campaña mundial para prevenir la prostitución infantil que aúne los esfuerzos de médicos, gobiernos, organizaciones no gubernamentales y la ONU.

2.3. las costumbres homosexuales

Hablar de la homosexualidad, hoy en día, resulta atrevido, serás analizado con lupa, y el martillo gay puede caer sobre ti y llevarte a los tribunales. Pero, los hechos están ahí, las costumbres homosexuales, con la prácticas de una sexualidad desviada, fueron los pioneros en llevar el sida a todo el mundo. Fue en San Francisco, la capital del mundo gay donde eclosionó el sida, el primer caso de sida en España fue un homosexual, la posibilidad de transmisión del sida por actos homosexuales es grandísima.

La autopista que los mundo de la droga, la prostitución y la homosexualidad han construido para la rápida expansión del sida, ha sido amplia y de primerísima calidad. Podrían haber asumido sus responsabilidades, pues no, lejos de hacer eso, continúan añadiendo más leña a la hoguera.

Una de cada cuatro infecciones de VIH en los gays de EE.UU. sería premeditada; así lo afirmó en Enero del 2002 la revista norteamericana «Rolling Stone». El informe fue publicado pese a las presiones de ciertos sectores de la comunidad gay. La publicación destaca que al menos una cuarta parte de las nuevas infecciones con el VIH en homosexuales norteamericanos sería premeditada, fruto de una injustificada pérdida de miedo al sida. En el reportaje se pone en evidencia un mundo, incomprensible desde fuera, en el que individuos interesados en entrar en contacto con el VIH son conocidos como «buscadores del bicho» y aquellos infectados que deliberadamente lo transmiten son etiquetados como proveedores del «regalo». Los testimonios de participantes destacan la carga erótica de estas prácticas de alto riesgo.

La controversia planteada por «Rolling Stone» se ve respaldada por el incremento de gays -jóvenes y mayores, con o sin VIH- involucrados en conductas sexuales de altísimo riesgo. Como resultado, los indicadores confirman la subida de infecciones de transmisión sexual en este segmento de población. En San Francisco, capital oficiosa de la comunidad gay, la tasa de contagios de VIH se ha duplicado desde 1997. El riesgo de muerte ya no motiva para tomar precauciones.

La subcultura homosexual de «cabalgar sin silla», no es precisamente una historia nueva en Estados Unidos. Desde hace unos cinco años, esta peligrosa tendencia viene siendo documentada por estadísticas y testimonios que contraponen estos irresponsables comportamientos de una parte de la comunidad «gay» en países desarrollados, con los desesperados esfuerzos por contener los efectos de la devastadora plaga del sida en el Tercer Mundo.

El director de la Comisión asesora sobre el Sida en EE.UU., Jerry Thacker, afectado por el VIH. y que contrajo el VIH a través de su mujer infectada por una transfusión, considera la enfermedad 'una plaga de los homosexuales'. Uno puede opinar desde lejos sobre las costumbres homosexuales, pero cuando el sida destroza la propia vida y la de la propia familia, se valoran las cosas de otra forma más personal, más cercana.

En una página web de Thacker, http://www.scepter.org dedicada al libro "Cuando el sida llega a casa", que escribió cuando su mujer resultó infectada mediante una transfusión, afirma que la mejor forma de prevenir el sida es la abstinencia sexual.

Natural de Pennsilvannia, Jerry Thacker es autor del programa para adolescentes "Merece a pena esperar'. En sus discursos, su página de Internet y allí donde le dejan expresar sus opiniones, Thacker se ha referido a la homosexualidad como un "estilo de muerte", por oposición al término "estilo de vida" que quieren dar otros

2.4. Negligencias médicas

En los primeros años de la difusión del sida, los años 80, se producían muchos contagios debido a la utilización en transfusiones de sangre, de bolsas infectadas. Una parte de estos contagios fueron inculpables, pero otros, cuando ya se disponía de los medios necesarios para analizar la bondad de una sangre, fueron imprudencias culpables por las que se pagaron millonarias indemnizaciones.

Otros casos, como los que se citarán a continuación, han producido también una amplia difusión de la enfermedad.

Destacaron en la Comunidad internacional, los datos de infecciones de VIH que se producían en Rumanía, pues se veían afectados muchos niños. Se comprobó que debido a la utilización de la misma aguja para distintos pacientes en orfanatos, los contagios entre niños fueron de escándalo.

En Wenlou, en la provincia china de Henan, mas de 500 de sus 800 habitantes, están infectados por el virus del sida. Están muriendo a razón de 40 personas al año. Hasta la primera mitad de los años noventa, los habitantes de Wenlou vendieron su sangre a las autoridades sanitarias locales, a 4 euros el medio litro. Al parecer, no se limpiaban bien las agujas. La venta de sangre era muy común en esa provincia hasta 1996. Sólo en la provincia de Henan había hasta esa fecha 287 estaciones de compra de sangre oficiales, y muchas otras ilegales. Las estimaciones sobre el número de personas que pueden haberse contagiado de sida en la provincia por culpa de esto, varían, pues unos hablan de cientos de miles, y otros de un millón.

En otros continentes, por ejemplo en Africa, donde se pensaba que todo era transmisión sexual, se descubre con el tiempo otra realidad. Un equipo de científicos ha descubierto que sólo el 30% de los casos de SIDA en África anteriores a 1988, fueron contagiados por vía sexual. Según publicó el Times de Londres el 20 de febrero del 2003, más de la mitad de los casos de Sida en África en este periodo inicial fueron causados por agujas sin esterilizar. Hasta ahora se decía que alrededor del 90% de los casos fueron por transmisión sexual. El equipo investigador dirigido por David Gisselquist, un antropólogo de Pennsylvania, y consultor privado, y el Dr. John Potterat, especialista en enfermedades infecciosas de Colorado, publicó sus hallazgos en tres artículos separados del International Journal of STD and AIDS.

Entre los puntos puestos de relieve por el equipo estaba el hecho de que la extensión del VIH no seguía el mismo patrón que las enfermedades de transmisión sexual. Por ejemplo, en Zimbabwe en los años 90, las infecciones aumentaron un 12% al año mientras que las enfermedades de transmisión sexual bajaron en un 25%. También observaron que la extensión del VIH había sido demasiado rápida para haber sido causada por vía sexual. Para explicar la velocidad, debería haber sido tan fácil contagiarse con el VIH a través del sexo como lo es a través de transfusiones de sangre contaminada. Pero, de hecho, es mucho peor. Asimismo, las enfermedades transmitidas por vía sexual son normalmente más comunes entre la gente pobre y no educada, con todo, el VIH en África está relacionado con la vida urbana, una buena educación y mayores ingresos.

2.5. Campañas contraproducentes

Es seguro que, casi todos, antes de tomar una medicina recetada por el médico leemos el prospecto. Allí hay una serie de indicaciones valiosísimas, y entre ellas, las que miramos con más atención son las contraindicaciones. Podría suceder que una medicina en principio válida, por otras cuestiones, dejara de serlo hasta el punto de ser, como se dice, peor el remedio que la enfermedad.

Esto que sucede en muchos casos, sucede también en el tema de SIDA. En esta enfermedad, y antes de haber pensado en "recetar" condones, tendría que haberse pensado en muchas otras cosas : la dignidad humana, la adicción (vicio), la cultura o su falta en cada pueblo, la moral, y tantos otros aspectos de los que a continuación hablaremos. Todos nos van a llevar a la conclusión del dicho tan claro : peor el remedio que la enfermedad . ¿ A quién se le ocurriría matar moscas ahogándolas en miel ?.

El hábito es una facilidad para conducirse de una determinada forma. Los hábitos requieren aprendizaje y repetición de actos individuales. Si los hábitos de comportamiento que se han aprendido son los responsables de la transmisión del SIDA, lo que habrá que hacer para prevenir es modificar esos hábitos de comportamiento, es decir, modificar los aprendizajes a través de los cuales se formaron esos hábitos. Al proporcionar condones, y al animar a usarlos, se está modificando el comportamiento de los ciudadanos, imponiéndoseles una determinada dirección.

Al proporcionar condones se está estimulando una cierta conducta que, con la repetición de actos (con el consumo de más condones), acabará por configurar y modelar una determinada facilidad para las relaciones sexuales. En la persona en que arraigue el nuevo hábito, cambiará también su sistema perceptivo y, por consiguiente, cualquier estímulo erótico tendrá más capacidad de suscitar en él una respuesta sexual, haciéndose más dependiente, menos libre, respecto del flujo de estímulos del ambiente. Por otra parte, su organismo también se habituará a ese tipo de respuestas sexuales, frustrándose con mayor frecuencia e intensidad cuando no pueda satisfacer la tendencia para obrar de esa manera que ahora le reclama con más intensidad el nuevo hábito.

¿Por qué se producen ahora más violaciones que nunca ?. ¿No está influyendo el que con estas campañas se están fomentando las violaciones ?. La persona adicta al sexo, cuando no encuentra forma de salirse con la suya, opta por la violación de cualquier joven indefensa. ¿Por qué en España en la última década del siglo XX se ha triplicado la prostitución ?, ¿por qué en Madrid, la Casa de Campo se ha convertido en el mayor burdel al aire libre del mundo?

Otro tanto podríamos decir del abuso a niñas menores. ¿Qué influencias para llegar a hacer lo que hizo, Marc Dutroux, el pederasta belga que secuestraba, violaba y mataba niñas en Bélgica ?. ¿Cómo puede acabar un joven convirtiéndose en un Antonio Anglés que comete las terribles violaciones y crímenes de Alcácer ?. ¿Cómo es que según publicó el diario británico News of the World el 23-7-2000, en el Reino Unido hay 110.000 personas culpables de abusos sexuales contra menores, uno por cada milla cuadrada de terreno ?, este diario publicó la foto de 49 convictos de pederastia al día siguiente de la ultima violación y crimen de una niña. ¿Cómo empezaron todos?, ¿qué les influyó ?, ¿Cómo continuaron ?. Todo el mundo se echa las manos a la cabeza cuando suceden estas cosas, pero pocos reflexionan sobre las causas, y lo consideran un horrible fatalismo que tenía que ocurrir, como quien asumiera las cifras de accidentes de tráfico como inevitables.

Por lo tanto, en cuanto el uso del condón crea adicción, habrá que concluir que recomendar su uso multiplica la probabilidad de que en un futuro los usuarios establezcan más relaciones sexuales, es decir, mayor número de contactos potencialmente contagiosos. Eso es lo que piensa también John P. Foley, que "De hecho, la publicidad que se ha realizado del profiláctico no ha hecho más que alentar el ejercicio de determinados comportamientos totalmente autodestructivos".

También hay que darse cuenta que estas campañas pro-condón que se llevan a cabo en muchos países han supuesto -como se ha dicho con palabras fuertes- "la destrucción de la inocencia" de millones de niños y adolescentes, por haber recibido junto con los programas de "sexo seguro", a la práctica del autoerotismo, de la masturbación recíproca, de formas ligeras de homosexualidad, todo con el presunto propósito de ofrecer alternativas a la penetración. Generaciones de inocentes están viendo embadurnadas sus conciencias con estas enseñanzas perversas. Escuchamos las dimensiones masivas que el abuso infantil está alcanzando en las sociedades avanzadas, pero es difícil encontrar un paralelo a esa operación de abuso sexual montada por los gobiernos de muchos países con el visto bueno de los educadores "progres" que así tenían más contratos de trabajo. "Pienso que este es un aspecto poco denunciado de las campañas de educación sexual, cuyos efectos psicopatológicos y espirituales habrá que seguir de cerca".

¿Qué explicación damos a la creciente ola de abusos sexuales y malos tratos a mujeres fuera y dentro del hogar ?. ¿qué está pasando ? ¿qué, o quien está fomentando todo esto?. A ver si sirve un dato. Cada año 295.000 mujeres son violadas o sufren algún tipo de ataque sexual en el Reino Unido, según reveló un informe del Ministerio del Interior británico, el 18-2-2000. El estudio señalaba que cada año se denuncian 6.000 casos de violaciones y 17.500 de ataques sexuales a mujeres, pero estas cifras representan una mínima proporción de lo que ocurre en realidad. En España, el informe del Ministerio de Justicia calculaba que entre 118.000 y 295.000 mujeres sufren agresiones sexuales cada año, de personas desconocidas o casos de abusos. Según el documento, los ataques sexuales a las mujeres por parte de novios, amigos y miembros de su misma familia han aumentado en la última década. 39 mujeres habían muerto a manos de sus compañeros en la primera mitad del año 2000, y los números continúan creciendo.

Otro tanto podríamos decir del crecimiento de las ETS, enfermedades de transmisión sexual, de embarazos de adolescentes, y de abortos. Es manifiesto, que en muchos países, por ejemplo, España, Estados Unidos, Gran Bretaña, están creciendo esos problemas de una manera espectacular; y si crecen ellos, es del todo seguro que el contagio del sida crece con ellos, aunque de una forma mas escondida, pues se manifiesta al cabo de varios años, no al cabo de unas semanas como los otros problemas citados.

Por lo tanto, quien no quiera ver estas relaciones, o es un malvado, o es estúpido, o está mirando para otro lado y debe ser cesado por incompetente.

2.6. La pobreza moral

La palabra moral etimológicamente significa costumbres, la moral dice qué costumbres una comunidad acepta como buenas, y cuáles como malas. Una sociedad en la que se ha deteriorado su escala de valores, o carece de ellos, es una sociedad pobre, pobre moralmente. Son varias las costumbres que estamos analizando aquí, por ejemplo el mundo de la droga que convierte en pobres a aquellas sociedades de las que se apodera; pero voy a detallar aquí otras costumbres que denotan pobreza moral.

La "Cultura" de la violación y de la promiscuidad está de moda en muchos países. Pude visionar recientemente un documental de la BBC británica que reflejaba las decenas de miles de casos de violaciones que se producen en Suráfrica. Especialmente reprobable resultaba ser la violación de una bebé que la policía estaba persiguiendo. En Suráfrica se pone en duda por parte de altas autoridades que el origen del sida sea el virus VIH; muchos brujos o hechiceros hacen creer a la población que el sida se cura acostándose con una virgen, y si a eso añadimos las primitivas costumbres familiares que muchas personas aún conservan, lo tenemos todo. El sida no entró en Suráfrica por sorpresa, como en otros países centroafricanos, sin embargo ha bastado la década de los 90 para que el 10% de la población se infectara. Suráfrica es el país que tiene tanto el mayor número de personas seropositivas como la mayor tasa de crecimiento de la infección del mundo, el 21% de las chicas entre 15 y 19 años está infectada de SIDA, mientras que los hombres contagiados son seis veces menor. Las autoridades no aciertan con las campañas apropiadas contra el SIDA. Así, tratando de frenar la creciente costumbre de violar a adolescentes, las autoridades hacen campañas (siempre se quiere solucionar los problemas con campañas), con el anuncio dice: "Si violas a una mujer, no eres más que medio hombre". A lo que el ciudadano quizá responda pensando : "entonces habrá que violar dos o más". El mensaje es un recuerdo escalofriante del retraso cultural que predomina en un país que, por lo demás, es el más avanzado económicamente de toda África subsahariana.

La violación en Suráfrica, se ha convertido en una "cultura" ; las organizaciones de mujeres calculan que se produce un ataque cada 26 segundos, y violación aquí es casi equivalente a SIDA. Hay que atajar primero este gran problema de las violaciones, si se quieres cortar con el SIDA. Los epidemiólogos políticamente correctos explican que la difusión del SIDA en el sur y el centro de África se debe a la emigración, la guerra civil, los desplazamientos, la pobreza. Pero existen dos factores silenciados. Primero, en África occidental, el SIDA sólo está extendido en bolsas. Segundo, Botswana, donde la tasa de infección es tan alta como en otros lugares, posee la renta per cápita más elevada de África. Lo anterior conduce a una pregunta incómoda en relación al comportamiento sexual. ¿Qué pasa?, ¿la gente se ha vuelto loca o está animalizada ?.

Estos factores silenciados no suele plantearse, porque suele suscitar acusaciones de racismo, puritanismo, y una burda falta de sensibilidad hacia la cultura africana. Sin embargo, no se puede ya dejar de hablar, cuando las tasas de infección calculan que en los próximos 15 años pueden morir de sida 10 millones de personas sólo en Suráfrica y 20 millones en el resto del continente. Una amplia investigación sobre el terreno, realizada entre hombres y mujeres de los medios urbanos y rurales de Suráfrica, ha revelado cómo el hombre africano esta comportándose. Un estudio social detallado del Instituto de Comunicación para la Salud y el Desarrollo, por ejemplo, ha descubierto que, en la mayoría de los casos, no pueden eludir la actividad sexual. Si una chica le dice a su novio que no quiere mantener relaciones, el hombre la obliga, y la viola por que es "suya". Tres estudios independientes han revelado que, para el 30% de las jóvenes surafricanas, la primera experiencia sexual fue obligada. Las mujeres son posesiones, y las normas, la "cultura" dice que si la chica ha sido infiel a su novio, o se sospecha que ha sido infiel, el novio reúne a sus amigos y la castigan con una violación en grupo. Las investigaciones de una ONG llamada CIET África han descubierto que el 12% de las jóvenes no sabe que tienen derecho a negarse a mantener una relación sexual y que sólo uno de cada diez chicos entrevistados en el área de Johanesburgo se oponía a la violencia sexual. ¿Por qué tienen más riesgo de infectarse con el VIH las chicas que los varones? Porque, en un clima de promiscuidad desenfrenada, en el que las mujeres, en el mejor de los casos, son una mercancía, y en el peor no pueden rechazar una proposición sexual, los hombres mayores se ven atraídos hacia la carne joven y, o bien abusan por las buenas de chicas adolescentes, o bien compran sus favores sexuales con regalos.

Mientras tanto las autoridades suráfricanas echan la culpa a otros, a los extranjeros, en la polémica del origen del SIDA. La ministra de Salud sudafricana, Manto Tshabalala-Msimang, provocó una fuerte polémica en su país al propagar una teoría que asegura que el SIDA fue introducido intencionadamente en Africa para reducir la población del continente. Según informaba el diario británico The Independent, la ministra afirmaba que una conspiración, ya expuesta en el libro "He aquí un caballo pálido" del autor norteamericano William Cooper, introdujo el SIDA en Africa a través de una vacuna contra la viruela suministrada en el continente en 1978, a pesar de que el último caso de viruela se registró en 1977. Según Cooper, hasta que no se reduzca la población africana a unos determinados niveles no se procederá a aplicar un tratamiento efectivo que, según el autor norteamericano, ya está disponible. ¿Tendrán razón estas hipótesis?, muy probablemente no, aunque no hay que descartar nada.

2.7. Las ideologías imperantes

La ONU, desde la Cumbre de El Cairo, trata de imponer su visión de la familia y de las relaciones sexuales: todo tiene que ajustarse a su doctrina. Ejercer la sexualidad, con quien se desee, y desvinculada de la procreación se postula como uno de los derechos fundamentales de una sociedad "democrática y pluralista". En muchos paises se han cambiado las leyes para no disgustar a la ONU, ni ser marginado por ella, en caso de no ser obedecida. Por ejemplo, en Chile existe un proyecto de ley sobre "Derechos sexuales y Reproductivos" que plantea: "Se reconoce el derecho a toda persona a ejercer la sexualidad independientemente de la procreación, y la libertad para elegir con quién vivir la sexualidad". Detrás de la impresionante promoción que se ha hecho del uso del preservativo, se esconde una estrategia de índole ideológica que trasciende con creces el interés propiamente sanitario. Estas campañas están sostenidas por la ideología del sexo libre y seguro ya sea homo, bi, o heterosexual, que concibe la libertad como un absoluto, al margen de cualquier verdad o norma objetiva. Quienes optan por este camino no reconocen la posibilidad de conocer la verdad que la realidad lleva grabada en sí misma, y menos en lo que al valor de la sexualidad y la vida se refiere.

En este contexto perciben el SIDA como una amenaza a la libertad individual de las personas para ejercer su actividad sexual. Detrás de la publicidad para prevenir el SIDA se predica una visión del ser humano más que una auténtica promoción de la salud. No estamos obligados ni a compartir ni menos a promover esta visión

La difusión de los preservativos tiene por finalidad compatibilizar la "libertad" de las personas a tener relaciones sexuales y, por otra parte, no contagiarse de VIH y enfermarse de SIDA. En la misma lógica se mueven las campañas que se hacen para promover todo tipo de productos para prevenir el embarazo, de tal forma de poder tener relaciones sexuales pero no de engendrar. Los datos confirman esta hipótesis.

Diversos expertos han comentado que el sida aparece cuando el sistema inmunológico o defensivo humano se debilita, pero de forma paralela aparece cuando las defensas morales se han debilitado, y por ello han hablado de un sida mental. Si el agente causante del sida, el virus VIH pudiera hablar, diría que tiene muchos amigos que favorecen su difusión. Los más apreciados son los que socavan las defensas espirituales enseñando que el placer ocupa el primer rango en la jerarquía de valores y que la libertad consiste en despojarse de toda limitación moral; los que quieren romper con la sabiduría acumulada durante milenios reduciendo las normas morales a simples pautas convencionales y afirmando que el bien y el mal son conceptos que varían de una época a otra. Otros amigos del sida son los que enseñan a los niños que la masturbación "es una forma de expresar la sexualidad" y que empujan a los adolescentes de ambos sexos a unirse genitalmente, los que adoptan una actitud complaciente frente al homosexualismo y miran con simpatía la infidelidad conyugal, y los que pregonan una educación "permisiva" que no estimula a la superación moral.

Estos "amigos" preparan el terreno, y las tropas de asalto son la pornografía, las drogas, la prostitución, el alcoholismo y todo aquello que provoca o favorece la dependencia genital.

Así pues, los planteamientos, costumbres y moralidad de los pueblos que sabiamente han descubierto como normas eficaces para la salud del individuo y de la sociedad, es la única protección. De nuevo imaginamos al VIH pensar, y sabría que sus más temibles enemigos son los que enseñan que el hombre vive para el Amor, que existe un orden en la naturaleza cuya vivencia permite alcanzar una plenitud integral, y que quien no sabe privarse de nada, tampoco sabe amar. Estos "enemigos" presentan a la juventud un ideal de vida en el que el sexo debe vivirse acorde a su finalidad y en la unión monogámica permanente -un solo hombre y una sola mujer paro toda la vida- y en el que la mutua fidelidad es un bien básico en la vida conyugal.

3. La acción de la Iglesia

Puede resultar sorprendente que existan sectores de la sociedad que acusen a la Iglesia de no colaborar en la lucha contra el sida, o incluso de favorecer su expansión, por oponerse a las políticas preventivas más extendidas. Vamos a analizarlo.

Es cierto también, que siempre habrá personas que echan la culpa de los accidentes de tráfico a que existan señales de prohibición en la carretera, pues aseguran que ello incita a los conductores a transgredirlas. Valiente tontería. Pues en ese orden está el "razonamiento" de quien ve en la moral que Jesucristo predicó, un obstáculo para prevenir en sida, cuando es la mejor política sanitaria que ningún médico pudiera hubiera pensado; por ejemplo, nos ayuda a no perder los nervios presa de la ira, o a cuidar nuestro estómago sin dejarse llevar de la gula.

Como también la moral evangélica desea preservarnos de la animalidad para que venza la persona y su capacidad de amar, se opone a todo lo que quiera deshumanizarnos; por ello la oposición a los profilácticos.

La Iglesia lo ha dejado claro en una ocasión tras otra. Juan Pablo II en la Conferencia Internacional sobre el SIDA que se celebró en el Vaticano en Noviembre de 1989 dijo :"Es moralmente ilícito propugnar una prevención del SIDA basada en medios y recursos que violan el sentido auténtico de la sexualidad, y que son un mero paliativo para un malestar profundo, en el que está en juego la responsabilidad de los individuos y de la sociedad. Y la recta razón no puede admitir que la fragilidad humana, en vez de ser motivo para empeñarse más, se traduzca en pretexto para una cesión que abra la vía a la degradación moral".

La encíclica Humanae Vitae decía lo siguiente : "Queda patente que el uso del sexo tiene un fin altísimo y nobilísimo que no debe desvirtuarse separándolo de la procreación: es decir, de los actos de suyo aptos para que pueda derivarse una nueva vida; todo acto matrimonial debe quedar abierto a la transmisión de la vida. Por eso, más adelante añade, sería intrínsecamente deshonesto, : "Toda acción que en previsión del acto conyugal, o en su realización, o en el desarrollo de sus consecuencias naturales, se proponga como fin o como medio, hacer imposible la procreación ".

La Iglesia Católica, en un comentario titulado ‘Prevención del SIDA, aspectos de la ética cristiana’, señaló que ‘buscar la solución al problema del contagio promoviendo el uso de preservativos, significa tomar un rumbo que no sólo no es muy eficaz desde el punto de vista técnico, sino también y por sobre todo, es inaceptable desde el punto de vista moral’. Y agrega: ‘La proposición de que una sexualidad de esta manera es segura, ignora las causas reales del problema, cual es la permisividad que, en la esfera corroe la fibra moral de la gente. La única manera efectiva de prevención es en un 95% de los casos, abstenerse de la práctica sexual fuera del matrimonio y del consumo de drogas’.

En España citaremos a alguno de sus cardenales más nombrados. La carta pastoral del arzobispo de Barcelona, cardenal Ricard María Carles, en Marzo de 1999, en la que criticaba que las campañas oficiales de prevención del SIDA se centren sólo en el uso de condones, dio lugar a una de esas polémicas que periódicamente se orquestan en torno a la información religiosa. Hay quien se atrevió a decir que poner en duda la eficacia de estas campañas incurre poco menos que en un delito contra la salud pública. Es curioso que sectores que aseguran no hacer caso de las opiniones de los obispos, saltaran y salten como aves de presa cuando un obispo pretende echar abajo las prédicas a favor del condón que se nos dirigen machaconamente desde la televisión y las vallas publicitarias. la Iglesia católica considera que esta publicidad favorece un comportamiento sexual irresponsable.

Las personas que ajustan su conducta sexual a las enseñanzas de la Iglesia abstinencia antes del matrimonio o fidelidad al cónyuge no infectado tienen una protección natural contra el SIDA y no necesitan para nada del condón. En cambio, quienes llevan una vida sexual con parejas múltiples y encuentros esporádicos, es señal de que no siguen los criterios de la moral cristiana, y por lo tanto no les debería importar lo que digan los obispos. La Iglesia católica trabaja como nadie para prevenir el SIDA al promover, una conducta que implica autocontrol y no trivializar el sexo, lo cual aleja el riesgo de infección. Sin embargo, los que alientan la idea del "a tope", esos no solo no colaboran contra el SIDA sino que lo promueven. Luego intentan paliar las consecuencias de sus consignas, con el eslogan del "sexo seguro", presumiendo de responsabilidad.

Durante la presentación de un libro de Grafite Ediciones "El sida y los cristianos" este año 2003, el cardenal de Barcelona, Ricard Maria Carles, también dio su testimonio respecto a la enfermedad: ''-Hace años, cuando el SIDA era aceleradamente mortal, teníamos los centros de enfermos de SIDA de la Iglesia camuflados, para no asustar a los vecinos; yo los visitaba... y me impresionó el estilo perfectamente humano con el que los enfermos llevaban su enfermedad, con serenidad, con elegancia, si se me permite decirlo, ayudándose unos a otros. Los miré con respeto porque en otros centros no he encontrado ese talante humano''. El cardenal Carles lamentó el recurso fácil del condón. ''Es como animarles a jugar con una pistola para 100 balas... cargada con 17. Parece que los formadores no tengan confianza ni esperanza puesta en los jóvenes, que renuncien a formarlos.''

El Vaticano organiza Congresos sobre el SIDA ; la primera cita en el Vaticano, en 1989, acudieron investigadores de la talla de Luc Montagnier, diez años después, a finales de 1999, el invitado de honor fue Peter Piot, director de ONUSIDA. El secretario del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud, el obispo español José Luis Redrado, anunciaba una colecta especial para los huérfanos del SIDA, y en un periódico declaraba que "la Iglesia ha sido pionera en la asistencia a los enfermos de SIDA. No sólo hay catorce documentos del Papa sobre la enfermedad, sino que hace ya más de diez años que yo mismo viajé a Estados Unidos para visitar el hospital Saint Clarence para enfermos de sida, atendido por Madre Teresa. Por entonces también los hermanos de San Juan de Dios y muchas casas diocesanas desempeñaban las mismas tareas en Europa, en India o en África". Acerca de la amoralidad del condón declaraba que "El preservativo garantiza cierta seguridad pero, frente a lo que mucha gente piensa, no protege totalmente contra el contagio, como ha subrayado la OMS. Además promueve lo que se intenta evitar a toda costa: la falsa mentalidad del «sexo seguro». La difusión del preservativo favorece a la vez la de una cultura proclive a la promiscuidad sexual. La gente se convence de que es posible mantener relaciones múltiples sin riesgo pero, paradójicamente, las cifras de contagio se están disparando. Desde luego es más fácil proporcionar un objeto, un preservativo, que educar en una mentalidad madura. Un utensilio se fabrica, pero educar cuesta más y lleva tiempo".

La Iglesia aporta a la lucha contra el SIDA "un respiro y una esperanza para tantos enfermos que viven como en un túnel cerrado. Si toda enfermedad es dura, ésta lo es mucho más, porque se multiplica entre los más pobres, en medio del paro, de la prostitución, la tóxicodependencia o la promiscuidad y ataca a las personas más frágiles desde el punto de vista de su estilo de vida. Es muy fácil verse rechazado en estas circunstancias y, cuando a uno ya no le queda nada, la Iglesia permanece. (...) Nosotros seguiremos acompañando a todos los enfermos y pidiendo a la sociedad y a los medios de comunicación un cambio de mentalidad que ayude a comprender que la promiscuidad entraña un riesgo mortal y que, lo mismo que gana espacio la certeza de que es mejor dejar de fumar, por razones de salud, también es razonable vivir una sexualidad sana y madura.".

Dejando a un lado los beneficios de una buena prevención de la enfermedad, si nos fijáramos sólo en la atención a enfermos, lo cierto es que la Iglesia es la institución más útil y comprometida a nivel mundial en la lucha contra el SIDA. Pero sucede que no se sabe. Según la FIAMC (la ''internacional'' de médicos católicos, con 30.000 profesionales de 54 países), uno de cada cuatro enfermos de SIDA del mundo está atendido por la Iglesia Católica (25%). El 9,4% de las personas atendidas acuden a organismos eclesiales y el 15,1% a ONGs católicas. Según el Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud (el ''ministerio de sanidad'' del Vaticano), la Iglesia proporciona atención al 25% de los enfermos usando sólo el 20% de los recursos destinados a esta enfermedad en todo el mundo. Además, estos recursos los recauda la Iglesia en su gran mayoría de fuentes privadas y caritativas, y no de gobiernos. En los países pobres, donde la medicina no es un negocio, la Iglesia asiste al 60% de los afectos por el SIDA.

La realidad cotidiana es que la Iglesia lidera la lucha cotidiana contra el SIDA en hospitales, dispensarios, centros de acogida, orfanatos... aunque no se la escuche en los grandes foros de debate. El doctor Simón, delegado de la FIAMC para Europa, se quejaba el pasado julio del 2002 en la XIV Conferencia Internacional del Sida, en Barcelona, de que la Iglesia Católica y las diversas congregaciones protestantes (que también realizan un importante papel asistencial) ''han sido injustamente marginadas e ignoradas en esta Conferencia".

Existe pues, una intención clara de tapar a toda costa la boca a la Iglesia. Su atrevimiento para criticar duele. Parece, que está resultando, que cuando creíamos superados todos los tabúes con respecto al sexo, ahora el tabú que se impone es el cerrar filas alrededor del condón, y ay del que discrepe. La fidelidad a la pareja se considera irreal, pero se exige fidelidad total al condón. No es infrecuente que haya personas que preocupadas por la extensión del SIDA opinen que la Iglesia debería reconsiderar su condena del uso del condón, como si muchas personas hubieran tenido esta norma moral en mente cuando se contagiaban del SIDA. Pero afirmaciones de este tipo circulan por los medios de comunicación alegremente, sin que prácticamente nadie se atreva a desenmascarar la insidia y la sinrazón que se esconde. Si analizamos el SIDA en Africa, debemos pensar que la influencia de la Iglesia católica se circunscribe al 15,6% de la población total de Africa. ¿Alguien se atrevería a afirmar que la epidemia del SIDA está azotando en mayor medida a la población católica que a la musulmana o a la animista? Es más, las autoridades sanitarias de las Naciones Unidas están ocultando a la opinión pública diversas estadísticas en las que se demuestra que la comunidad católica sufre en menor medida la plaga del SIDA, o que los programas de promover la abstención en Uganda están dando resultados claramente positivos. Es lógico que la predicación moral católica en favor de la monogamia y de la castidad tenga sus efectos positivos, en medio de unos ambientes de una promiscuidad generalizada.

En el caso de los católicos alejados de la práctica religiosa y de la vivencia de sus principios morales, ¿cabe suponer que quien es infiel a su mujer, vaya a respetar la norma moral católica contraria al condón, y que pueda llegar a contaminarse por mantenerse fiel a sus principios religiosos? Esa hipótesis es absurda. Evidentemente, quien no tiene escrúpulo alguno en ir con una prostituta, ni se planteará la cuestión de la moralidad del condón. Por tanto, acusar a la Iglesia católica de la extensión del SIDA es algo absurdo; y más bien, es una maniobra para negarse a reconocer la realidad bien contraria: sin la moral católica, la sociedad sería más promiscua y, en consecuencia, el SIDA estaría mucho más extendido.


Pedro Pérez Cárdenas

Fuente: http://www.arbil.org/