Quinto Día de la Novena de la Virgen del Huerto

Por la señal de la Santa Cruz… 

Oración Inicial
Bendita seas, Madre del Huerto,
por haber manifestado tu esplendor y belleza
en el muro de un Huerto de Chiávari,
desde donde dispensas tus favores, tanto espirituales como materiales.  

Acudimos a ti, con la más ilimitada confianza, para implorar tu maternal intercesión.
Ayúdanos a que nuestra petición nos sea concedida... (formular la petición)
Madre del Huerto que tuviste tanta influencia con tu Hijo, ruega e intercede por nosotros para obtener las gracias que pedimos, si esa es la voluntad de Dios.
Amén.

Quinto Día: María, mujer creyente
Evangelio de Lucas:
“Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado por parte del Señor”
Sin la fe es imposible agradar a Dios y la fe es la raíz de nuestra justificación. A. Gianelli dice al pueblo de Chiávari; “…les hablaré como a personas que creen, pero que deben perfeccionar la fe y hacerla crecer.  
(…) en este tiempo en que todos hablan de religión y de fe, (…) Es necesario decir ¡cuán importante es custodiar la fe en su integridad y pureza!; el peligro de contaminarla se convierte en un riesgo para perderla. Es necesario ser fieles a la Iglesia Católica, que en las cosas de la fe es nuestra Madre y Maestra.
La fe de ustedes ¿es pura, viva, sincera, operativa? ¿Son de aquellos de los que la Escritura dice: “mi justo vive de la fe”? ¿Qué les dice su corazón?   Esta es la fe que María pide. Una fe que guie cada una de nuestras acciones y cada uno de nuestras pensamientos; una fe que en nosotros sea evidente, de manera que los demás puedan decir: así se vive la fe! 
Pensemos: Si la mujer que hizo pintar la imagen de María del Huerto, no hubiese tenido esa fe viva, que la llevó a considerar a María, como aquella que podía liberarla de la peste, por lo que la hizo pintar, teniendo en su mano, la mano bendiciente del Hijo y lo guía a proteger a los que recurren a ella, ¿tendríamos este tesoro de fe y de arte?
Si no la hubiese honrado aquella otra mujer y hubiese dejado destruir la pintura del muro de aquel huerto, ¿la tendríamos hoy nosotros?
Si el Descalzo no hubiese creído en la visión y no lo hubiera publicado y predicado,     ¿sabríamos nosotros del amor de esta Madre? Felices ustedes que tuvieron fe…
Tenemos un deber de gratitud por los bienes recibidos…  Tenemos la posibilidad de pedir nuevas ayudas de las que podemos tener necesidad. Por esto digamos con el corazón esta 

Oración:
“María, Tú que eres nuestra Madre, Tú que nos nutres y nos haces crecer, dándonos los frutos de tu Huerto y haciéndonos beber de la fuente de tu gracia, haz que esta devoción nos haga merecedores del paraíso,  del cielo, para estar contigo para  siempre”
Amén

Oración final: Acordaos
Acuérdate, Oh piadosísima Virgen María y dulcísima Madre,
María Santísima del Huerto, que jamás se oyó decir que ninguno
de cuantos han acudido a tu amparo, implorando tu protección
y reclamando tu auxilio, haya quedado sin consuelo.
Animado con esta confianza, a Vos también acudo,
Oh María Santísima del Huerto, y gimiendo bajo el peso de mis pecados,
me postro humildemente en presencia de tu imagen,
por cuyo medio tanto deseas favorecernos.
No desprecies mis súplicas, Oh Madre mía, antes bien escúchalas
y acógelas favorablemente. Amén

Letanías

  • Nuestra Señora del Huerto, ruega por nosotros. 
  • San Antonio Gianelli, ruega por nosotros.
  • Beata María Crescencia, ruega por nosotros. 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén