¿Quiénes se salvan, los ricos o los pobres? - Comentario al Evangelio 25 Septiembre 2016


Evangelio según San Lucas 16:19-31

19 «Era un hombre rico que vestía de púrpura y lino, y celebraba todos los días espléndidas fiestas.
20 Y uno pobre, llamado Lázaro, que, echado junto a su portal, cubierto de llagas,
21 deseaba hartarse de lo que caía de la mesa del rico... pero hasta los perros venían y le lamían las llagas.
22 Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico y fue sepultado.
23 «Estando en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.
24 Y, gritando, dijo: "Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama."
25 Pero Abraham le dijo: "Hijo, recuerda que recibiste tus bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, sus males; ahora, pues, él es aquí consolado y tú atormentado.
26 Y además, entre nosotros y vosotros se interpone un gran abismo, de modo que los que quieran pasar de aquí a vosotros, no puedan; ni de ahí puedan pasar donde nosotros."
27 «Replicó: "Con todo, te ruego, padre, que le envíes a la casa de mi padre,
28 porque tengo cinco hermanos, para que les dé testimonio, y no vengan también ellos a este lugar de tormento."
29 Díjole Abraham: "Tienen a Moisés y a los profetas; que les oigan."
30 El dijo: "No, padre Abraham; sino que si alguno de entre los muertos va donde ellos, se convertirán."
31 Le contestó: "Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán, aunque un muerto resucite."»


Meditación

Con esta parábola creo que todos nos hacemos una pregunta: ¿ser rico es un pecado? ¿la miseria es algo bueno y que deberíamos buscar? ¿Hay que ser rico para irse al infierno y pobre para irse al cielo? Hoy el Señor nos va a traer algunas respuestas.

Yo creo que no. Porque si la miseria fuese algo bueno, Jesús seguiría insistiendo para que los pobres sean cada vez más pobres. El Señor nunca alabó la miseria, el hambre, o la injusticia. Por el contrario, le dolían estas situaciones y por eso trataba de sanarlas, curando, multiplicando los panes y los peces, invitando a compartir con los que menos tienen. ¿Entonces por qué este hombre rico se fue al infierno? No por sus riquezas, sino por su indiferencia frente al necesitado.

Porque podríamos decir ¿qué mal hizo este hombre? No era su culpa que Lázaro fuera pobre, y tampoco dice que lo maltrató, ni lo estafó para que termine en una situación así. Podríamos decir que el hombre rico no hizo nada malo! Pero a los ojos de Dios, eso no lo hace bueno. Estaba tan centrado en sí mismo, en pasarla bien, en sus diversiones y comodidades, que se volvió ciego, ciego para poder ver a su prójimo, que se estaba muriendo de hambre en la puerta de su casa y simplemente no hizo nada por él. Cuántas veces escucho que se dice: pero yo soy una buena persona! No mato, no robo, no estafo. Soy bueno!!!! Déjame decirte que esa no es la medida con la que Dios nos mira. Dios nos pide mucho más que simplemente no hacer cosas malas.

Porque el gran pecado de este hombre rico fue justamente ese, no hacer nada bueno, no hacer el bien que estaba llamado a hacer y ser indiferente a las necesidades del prójimo. Ese pecado se llama de omisión. Recuerdan cuando rezamos: he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Omitir el bien que debería hacer. Y esto no es de poca importancia.

Porque recuerdan cuando Jesús dijo: el último día pondré a las ovejas a mi derecha y las cabras a mi izquierda y les diré a los de la izquierda: aléjense de mi, porque tuve hambre y no me diste de comer, sed y no me diste de beber, desnudo y no me vestiste, forastero y no me alojaste, en la cárcel y enfermo y no me visitaste. Pero cuándo Señor te vimos así y no te ayudamos? Cada vez que no lo hicieron con uno de mis hermanos más pequeños, conmigo no lo hicieron. No dice aléjate porque me quitaste la comida, o la bedida, o la casa, o porque me encarcelaste, o desnudaste. No hubo ninguna acción directamente mala. Nadie mató, nadie robó, nadie estafó. Cuál es el gran drama de estas personas? No hicieron el bien que estaban llamados a hacer. 

Ojalá que nosotros podamos ser de los que están a la derecha. De los que vimos a nuestro hermano necesitado y no fuimos indiferentes. De los que no nos conformamos sólo con no hacer cosas malas, sino que queremos hacer muchas cosas buenas. De los que pudimos ver en el pobre Lázaro, el rostro sufriente de Cristo, que llama por nuestro amor. Y que podamos brillar en esta vida por nuestras obras de caridad y de misericordia.