Plegaria a Jesús Sacramentado por el éxito del Congreso Eucaristico

¡Oh, Jesús!, Señor nuestro, creemos que estáis verdadera, real y substancialmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Que os inmoláis por nuestra salvación todos los días en el sacrificio de la misa y fortalecéis nuestras almas dándoos Vos mismo como alimento en la santa comunión.
 
¡Oh, Jesús!, Señor nuestro, bendecid el Congreso Eucarístico que para vuestra mayor gloria vamos a realizar. Coronadlo con el éxito más completo. Que triunfe el amor de vuestro Corazón divino sobre la indiferencia de los hombres. Que aumente más y más el conocimiento de vuestra presencia real en el Santísimo Sacramento y que los corazones se sientan más inflamados de amor a Vos que sois el mismo Amor.
 
¡Oh, Jesús!, Señor nuestro, desde el santo tabernáculo, donde los ángeles os acompañan y glorifican en desagravio de nuestras ingratitudes, volved a nosotros vuestras miradas misericordiosas a fin de que en nuestra querida patria sintamos el influjo de vuestro amor y en el mundo entero las almas de nuestros hermanos se sientan atraídas a Vos.
 
¡Oh, Jesús!, Señor nuestro, inflamad los corazones de todos en el amor a la santa Eucaristía. Que se extienda la práctica de la comunión frecuente y la unión diaria de las almas buenas con Vos que sois la Vida. Y que los pueblos todos de la tierra, postrados ante el Santísimo Sacramento, os aclamen su Rey por los siglos de los siglos. Así sea.
 
JACULATORIAS
 
Alabado sea el Santísimo Corazón Eucarístico de Jesús. (300 días de indulgencia).
 
Sagrado Corazón de Jesús, bendecid el futuro Congreso.
 
Santísima Virgen de Lujan, Patrona de la República Argentina, rogad por nuestra patria para que en el próximo Congreso Eucarístico glorifique a Jesús Sacramentado.
 
San José, Patrono de la Iglesia universal, rogad por nosotros.
 
San Pascual, Patrono de los Congresos Eu- carísticos, rogad por nosotros.
 
San Martin de Tours, Patrono de Buenos Aires, rogad por nosotros.
 
En uso de las facultades delegadas por la Santa Sede, concedemos cien días de indulgencia a los fieles que rezaren devotamente esta plegaria.
 
Buenos Aires, 18 de Febrero de 1933.
Mons.. Cortesi, Arzobispos de Sirace. 
Nuncio Apostólico.