Octavo Día de la Novena a San Felipe Neri 2022

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Breve Historia

En 1564 el Papa Pío IV pidió a San Felipe que asumiera la responsabilidad de la Iglesia de San Juan de los Florentinos. Fueron entonces ordenados tres de sus propios discípulos para ayudarle a atender dicha iglesia. Estos sacerdotes vivían y oraban en comunidad, bajo la dirección de San Felipe. El santo redactó una regla muy sencilla para sus jóvenes discípulos, entre los cuales, se contaba el futuro Cardenal e historiador César Baronio. En 1575, San Felipe y sus colaboradores adquirieron, con la bendición del Papa Gregorio XIII, su propia Iglesia: Santa María in Vallicella. El mismo Papa aprobó formalmente la congregación del Oratorio ese mismo año. La Congregación tenía como fin la oración, la predicación y la administración de los sacramentos con un espíritu de familia. La Iglesia de Santa María in Vallicella estaba en ruinas y resultaba demasiado pequeña, por ello, el santo decidió demolerla y construir una más grande. Además, tuvo una visión que le avisaba de que la iglesia estaba a punto del derrumbe, siendo sostenida únicamente por la Virgen; así, resultó que los obreros encontraron que la viga principal estaba en el aire, desconectada de todo apoyo. Bajo la dirección de San Felipe, la excavación comenzó en el lugar donde yacía escondida una antigua iglesia. Estas ruinas proveyeron de piedra suficiente para una porción de la nueva iglesia y para el resto de los cimientos. En menos de dos años los padres se mudaron a la “Chiesa Nuova”. Todo el gasto de la construcción corrió a cargo de numerables donaciones que venían providencialmente cuando más se las necesitaba. Felipe no tuvo nunca que pedir dinero a nadie.

Doctrina

“Debéis continuar con mucho fervor la obra comenzada, desasiéndoos de toda consideración humana y de todo interés personal; luego, someteos a la voluntad de Dios y suplicadle que no permita que hagáis nada que sea contrario a su mayor gloria”.

“No busquéis más que esta gloria de Dios y tened confianza: El que ha hecho que comencéis la obra hará que la acabéis”.

Para estar seguros, dirigiros al Señor, suplicad el particular auxilio de la Virgen María y de los santos a los que tengáis más devoción”.

Solía Felipe repetir que el amor de la Virgen hacia Dios era tan grande que, por el deseo que tenía de unirse a su Amado padecía grandemente, por lo que Dios, para consolarla, envió a su divino Hijo”.

Muchas veces repetía: “Sabed, hijos, y creedme, pues lo sé, que no hay medio más eficaz para alcanzar las gracias de Dios como la Santísima Virgen”.

Petición particular para este día.

Letanías

San Felipe Ruega por nosotros.

Vaso de Espíritu Santo Ruega por nosotros.

Hijo de María Ruega por nosotros.

Apóstol de Roma Ruega por nosotros.

Consejero de papas Ruega por nosotros.

Voz profética Ruega por nosotros.

Oremos

Señor Dios, que no cesas de enaltecer a tus siervos con la gloria de la santidad, concédenos que el Espíritu Santo nos encienda con aquel mismo fuego con el que abrasó el corazón de San Felipe Neri.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén