Esta decisión, según explicó la Diócesis, se produjo de acuerdo con un decreto del gobierno de Paraná que "determina medidas restrictivas de carácter obligatorio, con el objetivo de hacer frente a la emergencia de salud pública derivada de la pandemia COVID-19".
La Diócesis de Paranavaí, en el mismo estado, también siguiendo la determinación del gobierno, suspendió las Misas con "participación de los fieles", pero autorizó las Misas tipo autocine.
No es la primera vez que las diócesis y arquidiócesis brasileñas suspenden la celebración de la Misa con los fieles debido a la pandemia de COVID-19. En 2020, cuando inició la propagación del virus, la Iglesia en varias partes del Brasil decidió cancelar las celebraciones públicas, afectando incluso Semana Santa y Pascua.
En una carta enviada en septiembre de 2020 a los Episcopados del mundo, con la aprobación del Papa Francisco, el entonces prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Liturgia de los Sacramentos, Cardenal Robert Sarah, señaló que la Misa "virtual" no sustituye la participación presencial en la celebración eucarística.