En el libro dice que agradece y valora la enseñanza racional que le dieron sus maestros…
Sí, la razón es un don de Dios, que debemos utilizar y por el que debemos estar agradecidos. El error es encerrar la razón y convertirla en una ideología, el racionalismo, que afirma que no hay nada más allá ni fuera de ella. Me aburren mucho las discusiones, siempre renovadas, sobre la incompatibilidad entre ciencia y fe, entre razón y religión. Me baso en mi experiencia, que me ha confirmado la verdad de la frase de Blaise Pascal que, como sabéis, no es lo que se dice un soñador, sino uno de los mayores científicos de la historia. Yo he descubierto en mi propia vida que Pascal tenía razón cuando escribía: "El último paso de la razón usada hasta el fondo es reconocer que hay muchas cosas que la superan". La fe, por tanto, no va contra, sino va más allá de la razón, sin que exista contraste, sino complementariedad. Esto es lo que he intentado demostrar con mis libros, incluido este "Por qué creo". He intentado de razonar con el lector para demostrarle que aceptar el Misterio evangélico es algo razonable.
Su vida la ha dedicado a compatibilizar fe y razón, ¿verdad?
Por eso he sentido como un deber intentar consolidar, con mis escritos, a los creyentes en su creencia, y de hacer saber a los no creyentes que se puede aceptar la fe sin renegar nunca de las exigencias de la razón.