"Ahora la mayoría está recuperándose en su propio hogar y la ayuda está canalizándose hacia allá", por eso se constituyó "un equipo de apoyo conformado por sacerdotes, religiosas, médicos, enfermeras, psicólogos y trabajadores sociales, quienes en nombre de la Iglesia" se han acercado "a los hogares de los hermanos y hermanas afectados para llevarles, cada uno desde su propio campo, la misericordia de Dios que sana el cuerpo, la mente y el corazón de quien sufre".
Sin embargo, la Diócesis advirtió sobre "gente mal intencionada" que haciéndose pasar como personas cercanas a los afectados "está solicitando apoyos a la ciudadanía".
"Las autoridades de la Iglesia Católica no han autorizado colecta alguna fuera de los templos. Todo el apoyo del pueblo católico se hará a través de las ofrendas. Si alguien, fuera de esto desea ayudar, se podrá dirigir a la oficina de la catedral para hacer su donación y deberán entregarle un comprobante de la misma. O en su caso que lo haga llegar directamente con las familias afectadas".