Desde la Plaza de San Pedro en el Vaticano, el Papa Francisco hizo llegar hoy su cercanía al pueblo de Venezuela, al transmitir su preocupación por los sucesos violentos en el país a raíz de las protestas contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro y los enfrentamientos que ya cobraron al menos la vida de 16 personas.
El Pontífice hizo un apremiante llamado a la oración, para que cese de inmediato la violencia, y pidió a los responsables políticos e institucionales que "no escatimen esfuerzos para favorecer la reconciliación nacional, a través del perdón mutuo y el diálogo".
El pedido del Santo Padre está en línea con lo solicitado por los obispos venezolanos que, desde el inicio de las manifestaciones y de la violenta represión, han instado a todos los actores a dialogar para superar el conflicto con la verdad para lograr la paz.