Los dos obispos de Venezuela acusados por el Presidente Nicolás Maduro de haber cometido "delitos de odio" y que posiblemente serán investigados por la justicia del país, no se encuentran detenidos por el gobierno.
Se trata del Arzobispo de Barquisimeto, Mons. Antonio López Castillo; y el Obispo de San Felipe, Mons. Víctor Hugo Basabe, quienes como indica el diario El Nacional, "clamaron para que se acabe el hambre y la corrupción" en el país durante sus homilías de la fiesta de la Divina Pastora de Barquisimeto el domingo 14 de enero.
A través de las redes sociales, especialmente en Twitter, se ha difundido el rumor de que ambos fueron detenidos por el gobierno.