En los últimos años se ha hecho más común que las personas, luego de cremar el cuerpo de un fiel difunto, decidan esparcir las cenizas en vez de darles una cristiana sepultura. Sin embargo, esta es una práctica contraria a la fe cristiana, tal como advierte y explica la segunda edición del "Rito de exequias".
Así lo indicó durante la presentación de este documento, realizado en marzo de 2012, el obispo italiano Mons. Angelo Lameri. La Iglesia "no se opone a la cremación de los cuerpos cuando no se hace 'in odium fidei' (por odio a la fe)".
Sin embargo, señaló que la Iglesia pide la sepultura del cuerpo de los difuntos –o las cenizas del cuerpo cremado-, porque "es la forma más adecuada para expresar la fe en la resurrección de la carne, así como para favorecer el recuerdo y la oración de sufragio por parte de familiares y amigos".