En diálogo con ACI Prensa, Espinosa señaló que "es impresionante cómo cada vez más vemos que las universidades se vuelven centros de reeducación y adoctrinamiento, donde ahora le quitaron su trabajo a un profesor por decir su opinión sobre el movimiento feminista".
"Nadie, ni siquiera los que puedan tener posturas distintas a la mía deberían estar de acuerdo que otras personas les impongan qué pensar y qué decir en conversaciones privadas, y sobre todo cuando se trata de una crítica a las ideas de otro".
"Si caemos en ese juego se pierde la libertad y nos volvemos esclavos de imposiciones ideológicas", advirtió.
En su cuenta de Twitter, Inés Rodríguez, abogada y directora de JUVI en Ciudad de México, señaló que "genuinamente no entiendo por qué el feminismo siempre se presenta como una víctima, si ni siquiera podemos hablar en contra de él sin perder nuestro trabajo".
"Y ojo, que criticar al feminismo no es criticar a la mujer en sí, ni estar en contra de ella. El feminismo es un movimiento social, no es la representación de la mujer", precisó.
Habla el profesor despedido de la UP
Entrevistado por ACI Prensa este 10 de marzo, el abogado Rodrigo Fernández Diez explicó que "en público no suelo expresarme" como lo hizo en sus mensajes de WhatsApp.
"La persona a quien se los envié, mi interlocutor, es un alumno militante del Partido actualmente en el poder (N.d.R.: Morena, el grupo político del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador), a quien solía defender en clase de los ataques de sus compañeros por causa de su militancia política, y con quien congenié muy bien desde el semestre pasado".
Para Fernández Diez, no sería "una buena explicación" que haya sido despedido por presiones de colectivos feministas, pues "hay razones de fondo más complejas".
"Creo que la Universidad ―y no sólo ésta― ha experimentado un giro, quizá excesivo, hacia la ideología de los derechos humanos, cuyas ventajas técnicas enseña a la perfección, pero cuyas implicaciones ideológicas subyacentes omite totalmente, lo cual permite cualquier infiltración ideológica", indicó.
"No estamos ante un síntoma de la crisis de una institución católica en específico, sino ante uno de una crisis más general de la Iglesia, de la cual este caso es un mero ejemplo", expresó.