Ha vuelto a ocurrir. Un año más, la sangre de San Genaro Obispo y santo patrón de Nápoles, se licuó en el día de su fiesta y martirio a las 10:00 a.m., hora de Italia.
Cientos de fieles abarrotaron la Catedral napolitana a la espera de que ocurriese el esperado milagro. Cuando fue anunciado el hecho extraordinario, rompieron en un largo aplauso.
El Arzobispo de Nápoles, Cardenal Crescenzio Sepe, levantó el relicario que contiene la sangre del santo del siglo III mientras se agitaba un tradicional pañuelo blanco.