Asimismo, aclaró que "los grupos extremistas asociados a estos incidentes no pertenecen ni tienen relación alguna con Marcha por Jesús", ya que a la marcha se sumaron activistas del Movimiento Social Patriota.
Por su parte, la Unidad de Ministerios Infantiles de Chile (Umich) señaló en un comunicado que "la violencia inicial se dio contra niños y niñas, incluso familias con bebés, quienes vieron cómo esta turba se dirigía directamente en contra de ellos, sobrepasando la escasa presencia policial, debiendo correr a protegerse en edificios aledaños".
"Los padres hasta hoy continúan al cuidado de sus hijos afectados por el impacto de verse expuestos a ataques de encapuchados con bencina, piedras, palos, gritos, bombas y fuego", afirmó la directora de Umich, Carol Espinaza.
Asimismo, constató que grupos no evangélicos se infiltraron en la marcha "con gritos y pancartas provocadoras que no reflejan el espíritu de esta convocatoria cristiana, ni de las familias que iban junto a nosotros".
"De haber estado en conocimiento de estos hechos, jamás hubiéramos expuesto a nuestra gente a marchar en estas condiciones", sostuvo.
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, rechazó en su cuenta de Twitter las "cobardes agresiones a quienes ayer (sábado) participaron en una marcha cristiana en nuestro país".
El ministro de Interior, Andrés Chadwick, calificó los hechos como "inaceptables" y a nombre del Gobierno expresó "toda nuestra condena a la violencia, intransigencia y fanatismo".