Durante la Misa que presidió por la muerte del P. Teodoro Mariscal Rivas, encontrado asesinado al interior de su domicilio, el Vicario General de la diócesis de Culiacán, Mons. Juan Ruiz, pidió rezar por los sacerdotes y también “orar mucho para que Dios mueva esos corazones cobardes hacia el arrepentimiento”.

Mons. Ruiz hizo una exhortación para que los homicidas “dejen de estar quitando vidas a inocentes”.

Mons. Ruiz también pidió a las autoridades que hagan lo que les corresponde para aclarar el asesinato, y a “Dios que todo lo puede haga justicia divina” en este caso, en el que el sacerdote mexicano, fallecido a los 45 años, fue hallado atado de pies y manos, con una bolsa en la cabeza que ha causado la asfixia.

El reporte policial apunta a que el crimen se cometió entre el 18 y el 19 de setiembre. Su automóvil habría sido robado.

Para el portavoz de la diócesis de Culiacán, P. Esteban Robles, lamentó el crimen y expresó su preocupación porque “ni siquiera en su propia vivienda un ciudadano puede estar seguro”.

“La Iglesia está dentro de la sociedad y sufre también ataques de la delincuencia común, cuando su única misión es buscar el bienestar, la paz y ayudar a las personas a que conozcan a Dios”, lamentó.