Con financiamiento holandés, el Gobierno de Ecuador reparte en los centros educativos de todo el país unos polémicos libros de educación sexual que separan la sexualidad de los valores, desprecian la abstinencia y promueven el inicio precoz de las relaciones sexuales.
Los textos tienen carácter obligatorio y son editados por el Ministerio de Educación y Cultura con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud, el Servicio Holandés de Cooperación al Desarrollo y la Embajada de los Países Bajos.
En los ejemplares preparados para noveno año de educación básica, es decir para menores de 13 y 14 años de edad, se aconseja la masturbación como "autoerotismo" y es presentada como un modo de conseguir placer, "una manifestación normal y esperada dentro del desarrollo humano".