El Papa Francisco presidió en la Basílica de San Pedro del Vaticano la Misa con motivo de la Fiesta de la Presentación del Señor y de la XXII Jornada Mundial de la Vida Consagrada y recordó la importancia que tienen para la Iglesia los consagrados y consagradas, que viven a contracorriente en un mundo que "rechaza fácilmente la pobreza, la castidad y la obediencia". "Sois el amanecer de la Iglesia", aseguró.
"Cuando uno se encuentra en el Señor no tardan en llegar las sorpresas de Dios. Para dejar que sucedan en la vida consagrada es bueno recordar que no se puede renovar el encuentro con el Señor sin el otro: nunca dejar atrás, nunca hacer descartes generacionales, sino acompañarse cada día, con el Señor en el centro", afirmó el Santo Padre.
A continuación, el texto completo de la homilía del Papa Francisco: