Una de las religiosas que vivió en el monasterio del Vaticano donde residirá el Papa Benedicto XVI luego de su renuncia al pontificado, relató a ACI Prensa que esta decisión del Santo Padre muestra “su gran sencillez”.

La religiosa de la Orden de la Visitación de Santa María y que actualmente vive en Madrid pidió quedar en el anonimato debido a su vida de clausura.

Sobre la decisión de Benedicto XVI, la religiosa dijo que “me sorprendió, pero él es muy valiente, pese a que es frágil y anciano”. “Esta decisión muestra que tiene una mente muy lúcida. (En nosotros) el amor propio no nos permite ver nuestras propias limitaciones, contrario a lo que ahora vemos que ha hecho el Papa Benedicto”, agregó.

“Si antes lo quería, ahora lo quiero más todavía”.

“Una semana antes de que nos fuéramos (en octubre de 2012), nos preguntó: ‘¿qué va a hacer el Papa sin ustedes?’ y nos pidió que siguiéramos rezando por él”.

La religiosa recuerda que haber vivido en el Vaticano le permitió sentir que “estábamos en el corazón de la Iglesia. Fue una experiencia que no puedo poner en palabras. La misión era rezar por el Papa, sus viajes y acompañarlo en la oración cotidianamente”.

El monasterio, que lleva por nombre Mater Ecclesiae, fue establecido por el Beato Juan Pablo II en 1994 como un lugar dedicado a la oración por el Papa, sus ministerio y los cardenales.

Las hermanas que vivieron allí procedían de conventos de clausura de España. Una de las religiosas era de Colombia y otra de Guinea Ecuatorial.

El monasterio está ubicado hacia el oeste de la Basílica de San Pedro y tiene además de los lugares habituales como una capilla y cuartos; un salón del coro, una biblioteca, un semi-sótano, una terraza y un salón para visitas.