11 de mayo de 2010 / 01:31 PM
Al presidir esta tarde una multitudinaria Eucaristía en el Terreiro do Paço (Plaza del Palacio) de Lisboa, el Papa Benedicto XVI resaltó que sólo con Cristo se encuentra el verdadero sentido y la verdadera alegría de la vida. También señaló que su resurrección muestra que "ninguna fuerza adversa podrá jamás destruir a la Iglesia".
En su homilía luego del saludo del Patriarca de Lisboa, Cardenal José Da Cruz Policarpo y en presencia del Presidente de la República, el Santo Padre recordó que como hizo con las generaciones de cristianos portugueses, incluida la actual, Cristo cumple su promesa de "estar con nosotros hasta el fin del mundo".
"A pesar de ser diferente a los Apóstoles, nosotros también tenemos una verdadera y personal experiencia de presencia del Señor resucitado. La distancia de siglos es superada y el Resucitado se ofrece vivo y operante por nosotros, en el hoy de la Iglesia y el mundo. Esta es nuestra gran alegría. En el río vivo de la Tradición eclesial, Cristo no está a dos mil años de distancia, sino está realmente presente entre nosotros y nos da la Verdad, nos da la luz que nos hace vivir y encontrar el camino para el futuro".