El numeral 85 plantea luego crear un observatorio socioambiental pastoral que "trabajaría en alianza con el CELAM, la CLAR, Caritas, la REPAM, los Episcopados nacionales, las Iglesias locales, las Universidades Católicas, la CIDH, otros actores no eclesiales en el continente y los representantes de los pueblos indígenas. Igualmente pedimos que en el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, se cree una oficina amazónica que este en relación con este Observatorio y las demás instituciones locales amazónicas".
En lo que se refiere a la conversión sinodal, los participantes del Sínodo proponen "un estilo sinodal de vivir y de obrar en la región amazónica". Para ello hacen las propuestas de ordenar a los "viri probati", el estudio de la ordenación de mujeres al diaconado y de forma más problemática, la creación de un rito amazónico.
A ello se suman propuestas como la del párrafo 96 que señala que "el Obispo pueda confiar, por un mandato de tiempo determinado, ante la ausencia de sacerdotes en las comunidades, el ejercicio de la cura pastoral de la misma a una persona no investida del carácter sacerdotal, que sea miembro de la comunidad".
El numeral 102 del documento resalta luego que "es necesario fomentar la formación de mujeres en estudios de teología bíblica, teología sistemática, derecho canónico, valorando su presencia en organizaciones y liderazgo dentro y fuera del entorno eclesial" y en el párrafo 108 se propone además una formación de futuros sacerdotes que incluya "disciplinas que aborden la ecología integral, la eco teología, la teología de la creación, las teologías indias, la espiritualidad ecológica, la histórica de la Iglesia en la Amazonía, la antropología cultural amazónica, etc.".