"José y María se comprometieron como esposos; no habían vivido juntos, pero ella estaba esperando un Niño por obra de Dios", expuso Francisco. "José, ante esta sorpresa, naturalmente se queda turbado, pero, en vez de rechazar de forma impulsiva y acusadora, como se hacía, la ley lo protegía, trata de buscar una solución que respete la dignidad y la integridad de su amada María".
"Dice el Evangelio: 'José, su esposo, ya que era un hombre justo y no quería acusarla públicamente, pensó en repudiarla en secreto'. José, de hecho, sabía bien que, si hubiese denunciado a su esposa prometida, la habría expuesto a graves consecuencias, incluso a la muerte. Él tiene plena confianza en María, a la que ha elegido como a su esposa. No comprende, pero buscar otra solución".
Sin embargo, "esa inexplicable circunstancia lo lleva a cuestionarse el vínculo; por lo tanto, con gran sufrimiento, decide desvincularse de María sin crear escándalo. Entonces, el Ángel del Señor interviene para decirle que la solución por él determinada no responde a la Voluntad de Dios. Así, el Señor le abre un camino nuevo de unión, de amor y de felicidad: 'José, hijo de David, no temas tomar contigo a María, tu esposa, el niño engendrado en ella viene del Espíritu Santo'".